Desde hace meses se viene hablando de la importante sequía que viene sufriendo Santa Fe y buena parte del país. Por ello, en la provincia de la bota, y más específicamente en su capital, sus habitantes confiábamos en que los mosquitos no iban a arrasar con todo ante la llegada de los primeros calores. Pero no estábamos en lo cierto.
“Al contrario de lo que alguna gente pudiera creer, la sequía lejos de acabar con los mosquitos puede favorecer su multiplicación”, comenzó diciendo ante el móvil de LT10 el ambientalista Jorge Cappato.
“Con la sequía se detiene la multiplicación de los mosquitos y de sus enemigos naturales (alguaciles y otros insectos que comparten su ciclo de vida bajo el agua), pero cuando se llenan de nuevo los charcos o lagunas con lluvias leves, o crece el río, el mosquito con los primeros calores en siete días puede completar su ciclo evolutivo”, continuó, y ahondó: “entonces, ya lo tenemos eclosionando del agua, volando y picando”.
Capato aseguró además que si no fuera por las ranas, las libélulas y algunos pájaros, que son los “enemigos naturales” de los mosquitos, “el mundo estaría literalmente cubierto de ellos, porque tienen una enorme capacidad reproductiva”.
En cuanto a los insecticidas, aseveró con firmeza que “no es cierto que sean efectivos”.
“Los insectos desarrollan resistencia genética”, explicó. Así, tal como sucede con las cucarachas, los mosquitos se vuelven inmunes a los productos para repelerlos.
Y mientras tanto, los insecticidas son riesgosos para la salud humana: intoxican y pasan a nuestra sangre.