Un estudio publicado recientemente en la revista científica Current Biology indicó una nueva manera de evitar las pesadillas: con terapia de sonido. Científicos suizos lograron, con ejercicios de imaginación y auditivos, manipular los sueños para que dejen de ser aterradores.
Tener una pesadilla de vez en cuando es normal, y no es algo que nos afecte demasiado a la vida cotidiana. Pero cuando es tan frecuente que interfiere en nuestro descanso, la cosa se complica.
Los terrores nocturnos llevados al sueño, que se convierten en pesadilla, pueden tener muchas formas: monstruos, caídas al vacío o ahogarnos en el mar. Las maneras que tiene la mente de representar esa sensación de miedo y angustia son infinitas.
Pero se caracterizan por producir una fuerte emoción negativa durante el sueño REM, cuando tenemos gran movimiento ocular durante el descanso. En algunos casos están relacionados son alguna patología como el estrés postraumático, cuando rememoran un episodio puntual, pero la mayoría de las veces son idiopáticas, de origen desconocido.
“Existe una relación entre los tipos de emociones experimentadas en los sueños y nuestro bienestar emocional”, explicó Lampros Perogamvros, psiquiatra del Laboratorio del Sueño de los Hospitales Universitarios de Ginebra. Basándonos en esta observación, tuvimos la idea de que podíamos ayudar a las personas manipulando las emociones en sus sueños”, dijo el autor principal del trabajo.
Estudiando un grupo de pacientes llegaron a demostrar los efectos del sonido en el sueño. Dividieron dos grupos, y comprobaron que quienes hicieron los ejercicios y escucharon determinados tonos al momento de conciliar el sueño fueron disminuyendo la frecuencia de las pesadillas.
El tratamiento consiste en generar una versión positiva de su pesadilla y asociarla a un ruido determinado durante un ejercicio de imaginación diario. El grupo que recibió esta terapia logró sentir emociones positivas durante el sueño con el transcurso de los días, mientras que los otros, que recibieron una terapia de imagenes, siguieron enfrentando sus pesadillas nocturnas.
“Estos hallazgos son muy prometedores tanto para el estudio del procesamiento emocional durante el sueño como para el desarrollo de nuevas terapias”, afirmó Perogamvros.