La primavera es una estación donde el clima es bastante inestable, y la de este año no es la excepción. Es más, es una de las más cambiantes de los últimos años, ya que puede haber una temperatura de 20 grados por la mañana, llegar al mediodía con una de 29 y en la tarde-noche tener que recurrir a la frazada ante los 15 que invitan a no salir de casa.
A menudo, cuando las temperaturas bajan o cuando llueve, la mayoría de las personas se resiste a hacer alguna actividad física o simplemente ir a caminar, pero eso es un gran error, ya que los investigadores comenzaron a desentrañar algunos de los beneficios poco conocidos de caminar en condiciones más invernales que primaverales y las que más disuaden a la mayoría de dar un paseo son, de hecho, excelentes razones para salir al aire libre.
Un estudio de 2021 realizado por científicos austríacos encontró que los mejores días para evitar contraer cepas contagiosas de diversas enfermedades, entre ellas el coronavirus, eran los ventosos, cuando los gérmenes y las bacterias se eliminaban instantáneamente. Por otro lado, las ciudades se vacían rápidamente con la lluvia, lo que significa que se puede acelerar el paso y caminar por calles que normalmente están atestadas de gente.
Un día de lluvia, ideal para ejercitarse
Según los especialistas, un aguacero es el momento perfecto para caminar, ya que el golpeteo de las gotas de lluvia hace que las plantas, los árboles y el suelo liberen compuestos de olor dulce que luego se mezclan y combinan en el aire que se respira.
Diversos estudios sugieren que la inhalación de estos compuestos mejora el estado de ánimo, mientras que la abundancia de iones de aire negativos creados cuando las moléculas de agua y aire chocan y forman una molécula con una carga adicional, puede mejorar la salud respiratoria y la inmunidad.
Cuando los científicos austríacos realizaron una serie de experimentos en los Alpes, se sorprendieron al descubrir que los participantes que caminaban rodeados de ese aire fuertemente ionizado, tenían niveles más altos de un anticuerpo vital ubicado en el revestimiento de la mucosa de la boca, la nariz y el intestino. Los investigadores especularon que este generoso anticuerpo explicaba el fortalecimiento de la inmunidad y la capacidad pulmonar amplificada de los participantes.
En tanto, si es un bosque fangoso mejor, porque el barro es una bendición para su salud. El lodo, ya sea de granja o del suelo del bosque, es rico en microbios que mejoran el estado de ánimo.
En un estudio finlandés se compararon el intestino y la piel de niños que jugaban en parques infantiles de plástico y hormigón con los de pequeños cuyo parque infantil había sido reconstruido utilizando un aparato del suelo del bosque. En tan solo cuatro semanas, los que jugaban en el suelo del bosque habían desarrollado microbiomas más diversos, pero lo más importante es que los investigadores encontraron “cambios paralelos en los sistemas inmunológicos de los niños”, y los menores embarrados mostraron una mayor inmunidad, y menos tos y resfriados durante los meses posteriores.