El presidente Alberto Fernández cerró su gira internacional por Francia e Indonesia, y retornó al país a las 5.36 de la mañana arrastrando una gastritis erosiva que le generó sangrado interno y a la que prometió tratar. Desde el episodio, lleva adelante una dieta liviana, acordó bajar la intensidad de su agenda y realizarse los pertinentes chequeos médicos.
Con dolores como si le estuviesen arañando el estómago, el mandatario deberá guardar reposo durante el fin de semana por indicación médica y tendrá que someterse a estudios para chequear su estado de salud.
Producto del estrés de los viajes, la falta de sueño y las altas temperaturas en Bali, el mandatario sufrió dos vahidos y debió ser atendido por su unidad médica en un hospital local. Si bien el parte lo dictó su médico Federico Saavedra desde Indonesia, deberá continuar con la realización de exámenes médicos que llevará a cabo en el Hospital Otamendi para combatir la gastritis.
Es que además de padecer de acides que solía combatir con los típicos efervescentes, el jefe de Estado sufrió una afección pulmonar en 2019 que lo obliga a tomar anticoagulantes de forma diaria, lo que empeoró su situación gástrica.
A días de su descompensación y de ser asistido en el Hospital Sanglah General, el Presidente logró continuar con las actividades centrales programadas en su agenda como la bilateral con su par de China, Xi Jinping, reunión que le resultó impostergable por su magnitud, y el encuentro con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, al cierre de Bali.
Luego de aterrizar en Madrid, la escala previa a la Argentina, Fernández mantuvo una reunión con la vicepresidenta II de España, Yolanda Díaz, en la residencia de la embajada argentina donde intercambiaron acerca de reformas laborales y plantearon "la necesidad de seguir ampliando derechos del pueblo trabajador para construir mejores sociedades articuladas alrededor del trabajo".
La además ministra de Trabajo y Economía Social prometió viajar próximamente al país.
Durante el mediodía, el Presidente comió pollo, parte de la dieta que lleva a cabo, junto al embajador Ricardo Alfonsín y descansó en la residencia lindera a la embajada para partir de vuelta a la Argentina a las 20.36 (hora de España).