Las demoras en la siembra de maíz y soja, producto de la sequía, podría hacer perder casi u$s5.000 millones a la Argentina en la campaña 2023.
Las malas condiciones climáticas hacen peligrar el desempeño de los commodities el próximo año. La sequía extrema y las heladas tardías no solamente representaron un problema para el trigo. La falta de lluvias también tuvieron como consecuencia un marcado retraso en la siembra de soja y maíz, llevando a ambos cultivos a cubrir la menor área en 22 años, cuestión que impactará severamente en los rendimientos de estos granos, llevando a generar mermas productivas que afectarán el futuro ingreso de dólares.
Los datos se desprenden de un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que indicó que la siembra de maíz y soja se encuentra en torno a los 6 millones de hectáreas, un 40% por debajo del avance del año pasado. Según la entidad bursátil, “este volumen de hectáreas efectivamente cubiertas es el más bajo desde la campaña 2000/01, marcando el avance de siembra más lento en 22 años”.
En el caso del maíz, según datos oficiales, se ha completado la siembra de 3,3 millones de hectáreas, el 32% del área de intención y la superficie más baja para esta altura del año desde la campaña 2015/16. En tanto para la soja, los 2,8 millones de hectáreas implantadas a la fecha representan la superficie más baja para mediados de noviembre desde el año 2000/01, destacó el trabajo.
Teniendo en cuenta este panorama, donde se produjo un corrimiento en las fechas de siembra, que tendrá como resultado también que haya un faltante de mercadería nueva, que de todas maneras serán compensadas por lo stocks en manos de los productores, Argentina perderá un período clave para la exportación del mismo.