Salir a caminar un poco después de comer es un hábito saludable. A continuación, sus beneficios y qué precauciones tener.
Ayuda a controlar los niveles de azúcar
Es un tipo de ejercicio aeróbico o “cardio”, es decir, que se caracteriza por su baja intensidad desarrollada durante largos períodos de tiempo. Previene la diabetes tipo 2, ya que aumenta el consumo de glucosa por parte del organismo y estimula las fibras musculares, favoreciendo el transporte de azúcar al interior de las células.
Mejorar la digestión
Esto se debe a que el movimiento corporal estimula la función estomacal e intestinal, haciendo que los alimentos se muevan más rápido.
Perder peso
El ejercicio regular, incluidas las caminatas después de comer, es fundamental para perder o controlar el peso corporal, ya que ayuda a quemar más calorías de las que se ingieren (siempre que se acompañe por una dieta saludable, otras formas de ejercicio y patrones de sueño regulares).
Proteger el corazón
Estudios indican que las caminatas diarias de media hora se asocian a niveles bajos de presión arterial. También existe evidencia que las vincula con la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
También puede ser de ayuda para:
– Disminuir el estrés, gracias a que estimula la producción de neurotransmisores llamados endorfinas (asociados a un mejor estado de ánimo).
– Incrementar el volumen de la materia gris en el cerebro.
– Mejorar la memoria, la capacidad de prestar atención enfocada, o trabajar en varias tareas simultáneas.
En cuanto a las precauciones, cuando se come muy rápido o comidas muy pesadas, al caminar algunos pueden experimentar indigestión, diarrea, náuseas, gases e hinchazón. Otro factor que puede desencadenar estos síntomas es realizar caminatas de alta intensidad, trotar o correr.
Por este motivo, se recomienda que la caminata después de comer sea de intensidad leve o moderada. Tampoco debe ser muy extensa, especialmente para quienes son sedentarios y recién comienzan a adoptar este hábito.
Se sugiere comenzar con caminatas diarias de 10 minutos, y, eventualmente, extenderlas hasta media hora. Llevar ropa cómoda y adecuada al clima.