Los dos bomberos voluntarios de Villa Gesell que asistieron a Fernando Báez Sosa el día que fue asesinado a la salida del boliche Le Brique, el 18 de enero de 2020, Verónica Onieva y Javier Timoteo, confirmaron frente al Tribunal que la víctima no tenía signos vitales cuando llegaron al lugar.
“Fuimos y nos encontramos con una persona en el piso a la cual le estaba haciendo RCP una mujer", comenzó el testimonio de Onieva, quien antes indicó que recibieron un llamado a las 5:03 del 18 de enero de 2020 en el cual se informó que había una persona inconsciente en la vía pública.
Asimismo, añadió: "Le pedimos que nos deje intervenir y mi compañero comenzó a hacerle maniobras de RCP, le conectamos el DEA, constatamos si tenía signos vitales: no tenía”.
Luego fue el turno del relato de Timoteo, quien, al igual que su compañera, sostuvo que Fernando no tenía signos vitales: "Junto con Onieva le colocamos el DEA (Desfibrilador externo automático). Cuando no hay corazón activo, el aparato pide que se hagan masajes cardíacos”.
A partir de ese momento continuaron con los masajes cardíacos: "Yo hice otra vez el chequeo con el DEA y seguía sin signos vitales. Hicimos el relevo, yo le hice RCP y llegó la ambulancia. Después ayudamos a cargar el paciente a la camilla y lo trasladaron al hospital", finalizó el bombero voluntario.