Cuando compramos pan no siempre consumimos todo cuando lo compramos y muchas veces terminamos tirándolo porque se pone duro.
Uno de los peores errores es guardarlo en bolsas de plástico. Es materia dificulta la circulación del aire y facilita la aparición de mohos y hongos perjudiciales para la salud y que pueden pasar desapercibidos al ojo humano.
Por otro lado, hay que evirar guardar en la heladera ya que el almidón se deteriora rápidamente a temperaturas más bajas de ocho grados. Así se evita que se ponga blando y gomoso.
Lo ideal es guardarlo en una bolsa de tela o panera. Estos envoltorios evitan que el pan se exponga a la humedad y así durará tierno mucho más tiempo.
Tambien es inportante cortar solo lo que vayamos a comer, porque una vez que la miga está expuesta al aire se reseca en poco tiempo. Si no se va a consumir todo, lo ideal es congelarlo. Es la mejor manera de ralentizar su deterioro, ya que así puede permanecer varios meses sin perder sus propiedades.