Investigadores del Centro Médico Weill Cornell, la unidad de investigación médica y escuela de medicina de la Universidad Cornell, desarrollaron un candidato a fármaco anticonceptivo masculino que no depende de hormonas y puede tomarse a demanda. En el estudio publicado en la revista científica Nature Communications, describieron que con esta estrategia un hombre tomaría una píldora poco antes del coito y solo cuando sea necesario.
En un escenario actual en el que las únicas opciones para los hombres son los preservativos y la vasectomía, el descubrimiento podría ser un "cambio de juego" para la anticoncepción, sostienen los coautores principales del estudio, los profesores de farmacología Dr. Lonny Levin y Dr. Jochen Buck.
El principal desafío médico respecto al desarrollo de una pastilla anticonceptiva masculina siempre estuvo relacionado con que, mientras la mujer libera un óvulo por mes, el hombre produce millones de espermatozoides a diario. Por otro lado, muchos de los estudios realizados en este campo no lograron resultados prometedores o bien se abandonaron en el camino debido a los efectos secundarios que podían provocar (aunque los anticonceptivos hormonales femeninos tampoco están exentos de efectos secundarios y no por eso se dejaron de aprobar y utilizar). Además, la falta de demanda (muchos hombres no expresan un gran interés en utilizar métodos anticonceptivos) y la eficacia del preservativo (que no solo previene el embarazo sino también las infecciones de transmisión sexual) generó que muchas de las compañías farmacéuticas no sientan la necesidad de invertir en ello. En resumen, la investigación de anticonceptivos masculinos se estanca debido a una combinación de factores, incluyendo limitaciones de financiación, complejidad biológica, falta de demanda y efectos secundarios no deseados.
Pero ahora, el equipo del Centro Médico Weill Cornell descubrió que inactivar una proteína llamada sAC en ratones, algo que se estudiaba como tratamiento de afecciones oculares, generaba que los espermatozoides de los roedores no pudieran propulsarse hacia adelante, volviéndolos temporalmente infértiles.
El estudio realizado demuestra que una sola dosis de un inhibidor de sAC inmoviliza el esperma de los ratones hasta dos horas y media, y que los efectos persisten en el tracto reproductivo femenino después del apareamiento. Después de tres horas, algunos espermatozoides comienzan a recuperar la motilidad y, a las 24 horas, casi todos los espermatozoides recuperan el movimiento normal.
La Dra. Melanie Balbach, coautora del trabajo, señaló que lleva semanas revertir los efectos de otros anticonceptivos masculinos hormonales y no hormonales en desarrollo. Y dado que los inhibidores de sAC desaparecen en cuestión de horas, los hombres lo tomarían solo cuando y con la frecuencia que sea necesario.
El próximo paso para el equipo es repetir sus experimentos en un modelo preclínico diferente, como en conejos, y así sentar las bases para los ensayos clínicos en hombres sanos.