El Río Paraná se encuentra claramente en lo que se considera "aguas bajas". Esta denominación surge de que la altura del río esta por debajo de la altura normal. La previsión indica que el repute se daría de la mano de una serie de lluvias fuera de lo normal.
El ingeniero Juan Borus, representante del Instituto Nacional del agua en Santa Fe, comentó que “las lluvias están siendo bastante pobres en toda la región, pero es baja la probabilidad de tener niveles críticos. El interés está puesto en más adelante, habida cuenda de que se está desarrollando un evento Niño, que, por ahora está en condición neutral, aunque todos los modelos indican que se va hacia el desarrollo de un fenómeno de este tipo hacia fin de año”.
Borus estimó que “es muy probable que hacia fines del invierno estemos hablando de un Niño ya constituido y con una idea firme acerca de si será intenso, moderado o débil. Mientras más fuerte sea el calentamiento del pacífico, más definida será la señal a nuestra región”.
“La otra duda es a dónde se darán mayormente las lluvias” y a partir de ello cómo afectarán a los ríos. “Hay una incertidumbre al respecto”, expresó el ingeniero del INA.
Agregó que “está claro el desarrollo del Niño y que vamos camino a una normalización del clima en el Litoral. Incluso en Santa Fe las precipitaciones de la semana pasada alcanzaron los 100 mm. Es una señal. La perspectiva es que la frecuencia de eventos de lluvias se vaya normalizando gradualmente”.
A corto plazo “el río oscilará los dos metros y esta semana tenemos una previsión de lluvias escasas en la alta cuenca, por lo que es posible que tengamos otra disminución del caudal. No bajaría demasiado de ahí y empezaríamos a tener un ascenso gradual, para volver a un valor normal del orden de los tres metros durante el invierno. No creo que sea más que eso”, estimó.
Finalmente, advirtió que “vamos a estar sujetos a una variabilidad climática que mostrará cambios bruscos en poco tiempo”.