La semana pasada, La Plata sufrió serios anegamientos por lluvias y se encendieron las alarmas sobre la posibilidad de fenómenos similares en Santa Fe. Y lo cierto es que esas alarmas podrían tener fundamentos.
Consultado al respecto, el subgerente de Sistemas de Información y Alertra Hidrológico del Instituto Nacional del Agua, Juan Borus, sostuvo que “sin dudas” nuestra capital es “la ciudad de la Argentina que más ha aprendido de los extremos hídricos” y “la más resiliente de la Argentina, en función de todo lo que ha pasado (1998, 2003, 2007 y todas las inundaciones del Paraná habidas y por haber)”.
En ese sentido, remarcó: “si uno acepta el cambio climático en los términos en los que está planteado, está claro que la probabilidad de tener eventos intensos sobre áreas urbanas es mayor”, y podría concretarse “aún en un escenario de sequía”.
De cualquier forma, Borus aclaró que “hay mucho margen de incertidumbre” en torno a estos fenómenos. “La gran duda es en qué medida la atmósfera se va a acoplar al calentamiento global y en qué medida la señal hacia nuestra región se va a definir para saber cuándo y con qué intensidad vamos a tener lluvias y en qué lugar”.
Asimismo, advirtió que “la variabilidad climática que estamos teniendo hace que el horizonte de prospección sea muy corto”. “No podemos permitirnos tener un horizonte de pronóstico muy largo, ya sea meteorológico como de tendencia climática. Es muy osado pensar que podríamos llegar a imaginar cómo va estar el clima de aquí a muchos meses para adelante”, agregó.
Y concluyó: “todas las preguntas que se hace permanentemente la gente sobre qué puede pasar con este Niño y cuándo puede empezar a impactar” no pueden responderse. Solo es posible “definir escenarios probables, pero no mucho más que eso”.