Hace ya un tiempo que la ciencia está intentando desentrañar los secretos detrás de las infidelidades dentro de la pareja, por qué se producen, se repiten, etc., pero hasta el momento los resultados a los que se han llegado son a menudo inconcluyentes o contradictorios.
Es por eso que un grupo de investigadores de la Universidad de Lausana, capitaneados por la profesora Laura M. Vowels, investigadora principal de Blueheart.io en este universidad suiza, se propuso mejorar los datos en este sentido utilizando modelos de aprendizaje automático. Su idea es que estas técnicas les permitirían comparar la previsibilidad relativa de varios factores dentro de una relación.
Los resultados del estudio se acaban de publicar en la revista Journal of Sex Research bajo el título de “Is Infidelity Predictable? Using Explainable Machine Learning to Identify the Most Important Predictors of Infidelity” ("¿Es predecible la infidelidad? Uso del aprendizaje automático para identificar los predictores más importantes de la infidelidad").
Para la investigación, Vowels y su equipo utilizaron datos de dos estudios diferentes. El primer grupo de datos provenía de un estudio realizado entre 891 adultos, la mayoría de los cuales estaban casados o convivían con una pareja (63%). Alrededor del 54% de la muestra se identificó como heterosexual, el 21% se identificó como bisexual, el 11% se identificó como homosexual y el 7% se identificó como lesbiana. El segundo conjunto de datos se obtuvo de 202 parejas que habían estado juntas durante un promedio de 9 años, la mayoría de los cuales eran heterosexuales (93%).
Estos datos contaban con variables como edad, raza, orientación sexual o nivel de educación. Además de evaluaciones sobre el comportamiento sexual de los participantes, la satisfacción sexual, la satisfacción con su relación y sus estilos de apego. Ambas colecciones de datos incluían una medida del grado de infidelidad de cada persona (hasta qué punto habían tenido relaciones sexuales con alguien que no era su pareja actual) y del grado de infidelidad en línea (hasta qué punto habían tenido relaciones sexuales con alguien que no es la pareja actual a través de internet).
Los investigadores utilizaron técnicas de machine learning para analizar todos estos números. Primero para todos los encuestados y luego por separado para hombres y mujeres. Posteriormente identificaron los diez principales predictores de la infidelidad en persona y de la infidelidad online.
En ambos conjuntos de muestras y tanto en hombres como en mujeres, una mayor satisfacción en la relación predijo una menor probabilidad de infidelidad en persona. En contraste, un mayor deseo de actividad sexual individual, un mayor deseo de tener relaciones sexuales con la pareja y estar en una relación más larga, se relacionaron con una mayor probabilidad de infidelidad en persona. En el segundo conjunto de datos, una mayor satisfacción sexual y el estar enamorado predijeron una menor probabilidad de infidelidad en persona.
En lo relativo a la infidelidad a través de internet, un mayor deseo sexual y estar en una relación más larga predijeron una mayor probabilidad de infidelidad. El hecho de no haber tenido nunca relaciones sexuales anales con la pareja actual disminuyó la probabilidad de la infidelidad en línea, un hallazgo que los autores sugieren que probablemente refleja ciertas actitudes más conservadoras hacia la sexualidad. Respecto al segundo conjunto de datos, una mayor satisfacción con sus relaciones sexuales también predijeron una menor probabilidad de infidelidad.
Por lo tanto, no es que exista una serie de aspectos concretos de la personalidad de las personas que predigan la infidelidad, sino que son variables relacionadas con la marcha de la relación las que dan más datos sobre si alguien puede plantearse una infidelidad o no. En términos prácticos, esto se traduciría en que prevenir la infidelidad podría tener más éxito el mantener una relación buena y saludable.
Los predicadores, por tanto, se encuentran dentro de la propia relación y no tienen tanto que ver con la persona concreta. Es como si todos, más o menos, reaccionáramos igual cuando no estamos enamorados de nuestra pareja o cuando no estamos satisfechos sexualmente. Por tanto, si lo que queremos es mantener nuestra relación, sería una buena idea invertir tiempo y energía en intentar solventar de la mejor forma posible los problemas que vayan surgiendo. Hablar sobre nuestras necesidades en el sexo, de cariño, etc., todo eso puede actuar como una especie de “vacuna” antiinfidelidades.
Los autores señalaron que estos resultados tienen que tomarse, desde luego, con cierta cautela debido que para su análisis tomaron datos de infidelidades pasadas, no actuales o futuras. Estas infidelidades antiguas podrían haber tenido un impacto en la satisfacción actual de la relación, con lo que podrían haber modificado un poco los resultados. Por ello, se emplazan a continuar con la investigación añadiendo más variables y una infidelidad reciente. No obstante, los resultados son intuitivamente bastante creíbles y, desde luego, prometedores.