La crecida del río Paraná pondría a la región al borde del alerta de evacuación, al alcanzar los 5,10 metros de altura en unos 20 días, de acuerdo a lo que estableció el secretario de Protección Civil, Roberto Rioja. Sin embargo, se descartó, por el momento, el desalojo de personas en Rosario.
Las intensas lluvias registradas en la cuenca superior de Brasil, en los últimos días, provocaron el aumento del caudal del Paraná, lo cual, despertó una alarma en parte del Litoral argentino y especialmente a localidades costeras del Gran Santa Fe. Consultado en este sentido en De boca en boca (Radio 2), Rioja confirmó que se estima que el pico de crecida llegará entre el 15 y 20 de noviembre.
“Lo que venimos monitoreando desde hace 10 días tras la gran crecida de Iguazú, prevemos que en 20 días habrá un pico de crecida en Santa Fe capital y en Rosario. El Instituto Nacional del Agua (INA) nos pasa información de un pico de 5,10 metros en Santa Fe, cuando el alerta es de 5,30 metros, estaremos al límite del alerta de evacuación”, advirtió.
Días atrás, el gobierno provincial informó el inicio de obras de mantenimiento y reparación del sistema de defensas en dicha región, sobre todo, en localidades donde es posible que ingrese el agua. “Producto de 3 años y medio de sequía, hay gente instalada en lugares muy bajos y ahora van a tener problemas. Venimos trabajando con municipios costeros, teniendo listos lugares de evacuación”, señaló.
Consultado sobre Rosario, descartó, por el momento, que exista un posible riesgo de inundación, pero advirtió: “No queremos que la gente se asuste, pero que sí nos ocupemos”, dijo y añadió: “Si bien los niveles no implican alerta, debemos estar preparados como si tuviésemos ese problema”.
El funcionario aseguró que se trabaja de manera preventiva, coordinando tareas con los municipios. “Estamos para tener bolseados listos, los nylon, y las bolsas por si el río crece, para que no ingrese a la planta urbana. Hay que ir hablando con las empresas para tener bombas extra disponibles para evacuar el agua con mayor rapidez”, consideró.
La escena se ha modificado sustancialmente. “Cuando volábamos para apagar el fuego, no teníamos ni un hilo de agua que cortara, ahora es todo al revés y hay islas más bajas y altas que desprenden vegetales con el paso del agua, por eso me parece bien que se suspendan actividades deportivas”, indicó sobre los recaudos que se están tomando en el marco del incremento del nivel del río.