La violencia contra los civiles en Sudán "roza la maldad pura", advirtió este viernes un alto funcionario de Naciones Unidas (ONU), mientras empeora la crisis humanitaria en el país y se extiende la violencia étnica en la región occidental de Darfur.
El 15 de abril estalló una guerra entre el ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), tras semanas de creciente tensión entre ambos bandos por un plan de integración de fuerzas como parte de la transición de un régimen militar a una democracia civil.
"Seguimos recibiendo informes incesantes y atroces de violencia sexual y de género y de desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, graves violaciones de los derechos humanos y de los niños", dijo a la prensa Clementine Nkweta-Salami, máxima responsable de ayuda de la ONU en Sudán.
"Lo que está ocurriendo roza la maldad pura y dura. La protección de los civiles sigue siendo motivo de gran preocupación", señaló.
Nkweta-Salami dijo que alrededor de 25 millones de personas, más de la mitad de la población, necesitan ayuda humanitaria y protección y más de seis millones han huido de sus hogares y se encuentran desplazados dentro de Sudán o en países vecinos.
"Recientemente hemos recibido informes preocupantes sobre la escalada de violencia y los ataques contra civiles, incluidos los que parecen tener una base étnica en Darfur", afirmó.
Las personas que huyen a Chad han denunciado un nuevo repunte de matanzas por motivos étnicos en Darfur Occidental, Sudán, cuando la RSF tomó la principal base del ejército en la capital del estado, El Geneina.