A la sequía histórica del río Paraná en nuestra región le siguió, con la llegada del fenómeno de El Niño, una creciente que superó los niveles de alerta.
En diciembre alcanzó los 5,41 metros, pero desde enero comenzó a descender hasta llegar este lunes a un nivel de 1,98 metros en el puerto santafesino.
"Tanto las crecidas como las bajantes fueron más intensas de lo que se esperaba", dijo por LT10 Juan Borus responsable del área Pronósticos del INA.
El especialista precisó que en los últimos cuatro días "el descenso que se produjo tiene una intensidad que no veíamos desde 2016. Hace ocho años que no teníamos un descenso tan brusco como este que hace que pasemos de una situación normal, de aguas medias, a aguas bajas".
En cuanto a las proyecciones sostuvo que continuará en descenso en lo que resta del verano. "La perspectiva no es buena, vamos a terminar el verano con una perspectiva distinta a la que esperábamos un par de meses atrás lo que confirma lo acotado que es el horizonte de proyección con las variedades climáticas que vivimos".
Se esepra por lo tanto que el río Paraná se mantenga en aguas bajas, sin recuperación del caudal.