Desde el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, donde se establece la posibilidad que los clubes puedan –si sus socios lo disponen- convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), y emplazando a AFA a modificar su Estatuto permitiendo la competencia de los clubes que muten a esa forma societaria, se instaló el debate en el fútbol argentino.
Hasta ahora, solo hasta ahora, alegrías por “triunfos judiciales” dando lugar a las pretensiones de los amparistas en la suspensión de ese apartado del DNU y pedidos de revanchas –apelaciones- para mantener su vigencia. Hasta ahora, solo hasta ahora, limitado a una cuestión de forma en el sentido si existe “necesidad y urgencia” que amerite el cambio legislativo por vía del DNU o bien, corresponde su tratamiento por Ley del Congreso.
Nada de fondo se discute, solo hay guerra de trincheras llenas de consignas culturales e históricas por un lado y; aquellas que aventuran prospero futuro atados a la lógica de mercado.
Por la realidad de nuestras instituciones, por el orden mundial del fútbol es oportuna la consideración y la búsqueda de consensos en el ámbito plural del Congreso Nacional. Es el gobierno de la Nación quien lo ha puesto en agenda y merece un tratamiento esclarecedor en la búsqueda de mayores compromisos en el contexto de la incidencia del fútbol en nuestro país.
Para ello, las actuales autoridades de AFA deben salir de la trinchera defensiva y adoptar una aptitud propositiva que los tenga como autores de los escenarios a construir.
El fútbol mundial transita por otras canchas, por otros escenarios, por otra realidad.
Los designios serán, más temprano que tarde, los que ahora pregonan desde el gobierno.
Lecturas de escenarios posibles invita a una actitud abierta al debate de los propios actores del fútbol para ser parte en la construcción del modelo de instituciones deportivas y Ligas modernas, aggiornadas a la realidad del fútbol regional y mundial.
La actitud que se reclama fue la asumida por FIFA frente al conflicto con los clubes más importantes de Europa expresados en la Asociación de Clubes Europeos (ECA en su expresión ingles) y sus pretensiones; habrá, también, que estar atentos a lo que resulte del desarrollo de la Superliga Europea, luego que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) diera lugar al reclamo de los clubes quitando el monopolio a UEFA y FIFA, entendiendo que detentan una posición dominante en la organización de las competencias. Es lapidario para las federaciones y/o asociaciones y solo se lo puede enfrentar con una estrategia abierta, moderna y convocante desde las instancias federativas. Estamos “en el fin del mundo” pero -como siempre- las cosas llegan con demora, pero llegan.
Desde las vivencias, algo de conocimiento y con la tranquilidad de conciencia de haber presidido una Asociación Civil estoy convencido que con el aporte de capital privado haremos mejores clubes, los simpatizantes estarán identificados con el crecimiento, los hará pertenecer más aún, disfrutaran mejores instalaciones, habrá mejor calidad técnica en los equipos, gozarán por más tiempo el talento de los jugadores formados en su cantera y tendrán en las ventas una mejor posición para defender su valor.
Los más jóvenes no te miran todo un partido, miran plataformas que le pasan el gol destacado del jugador estrella. Eso somete a nuevos paradigmas y nuevos desafíos y pone en riesgo, en nuestra economía, los derechos audiovisuales tal cual lo concebimos (Derechos de TV, TV paga), el recurso más importante para la mayoría de nuestros clubes.
En un tiempo, financiamos las deficitarias economías con la cesión de los derechos económicos de los jugadores quedando los federativos reducidos a un mero asiento administrativo, hasta que FIFA prohibió que terceros a la relación jurídica contractual, club-jugador, fueran titulares de derechos económicos.
Lo dicho, con más la pulverización en manos de la AFA de los recursos que podían provenir de las apuestas deportivas sobre un producto propio (torneo, partidos) habilitados por loterías provincias sobre un producto nacional y vendido a distintas agencias de apuestas.
En ese contexto, habrá que viabilizar recursos económicos para mejorar nuestro fútbol, hacer una mejor liga y competir en mejores condiciones con clubes de otras Ligas abriendo la posibilidad, para quien lo pretenda, de incorporar capital privado a la institución.
Se instala este debate, como mucha de las cuestiones públicas que suceden en el país, con el supuesto direccionado objetivo de allanar el camino para que inversores o fondos de inversión dueños de clubes en otras Ligas concreten sus anuncios de comprar un club en Argentina.
Es abstracto, difícil imaginar inmediatas inversiones en un contexto macro económico complicado, de torneos que llevaría un tiempo descodificar, de la violencia que rodea a los partidos y; si aun así lo quisieran, en la inmediatez podrían con un contrato de gerenciamiento “concesión privada” gobernar el fútbol de una institución determinada. En el pasado se hizo, no es ilegal y podrían en el presente.
Se debe transparentar a aquellas instituciones que bajo el manto de una Asociación Civil sin fines de lucro actúan sus dirigentes como si se tratara de una sociedad privada, donde sus socios no conocen una urna, un cuarto oscuro y el salón de las asambleas. Alzan la voz contra las SAD y hacen propios negocios con los jugadores, rezan “el club es de los socios” y compran paquetes accionarios de clubes de otras ligas que también tienen su historia, su bagaje cultural y eran o son de los socios.
No se trata de poner a los socios en posición de guerra frente a la posibilidad del cambio de legislación sino imaginar, a partir de ella, como pueden disfrutar y competir en mejores condiciones en un fútbol desigual a partir del club que los identifica y sienten que les pertenece. Digamos, también, los socios más jóvenes están más fidelizados con al gol, el triunfo, el ídolo y el delantero golpeador. Se deben generar las condiciones para achicar la brecha de lo que consumen viendo el Liverpool, los Manchester, Arsenal, etc. y el club del que son hinchas.
Adscribo a profundizar el estudio y desarrollo de la experiencia de la Bundesliga, donde convivan mayoritariamente acciones de los socios en la mitad más uno, denominado 50 + 1, con participación minoritaria de capitales privados. Es la medida de lo intermedio para respetar lo que somos y dar respuestas a las necesidades del presente actualizando y modernizando, nuestras instituciones. También, la posibilidad de habilitar a las instituciones de constituir Sociedades Privadas para la explotación de una unidad de negocio determinada como fuente de recursos extraordinarios.
No debería ser imperativo, nada quita que puedan convivir las dos formas jurídicas de gobierno de las instituciones deportivas. No tengo dudas que quienes se mantengan como clubes gobernados integralmente por sus socios con la representación de sus dirigentes, habrá mayores socios, no habrá tantas críticas por el precio de los abonos y/o valor de la cuota social y forjaran mejores dirigentes con mejores estructuras deportivas y de gestión para competir con aquellos que inviten gestionar en forma conjunta al capital privado.
En orden a lo manifestado contarles iniciativas que tuve durante mi gestión en el Club Colon y las trabas legales para su realización que con otras aperturas y posibilidades nos hubieran allanado el camino:
1) Convocamos a inversores privados para realizar juntos el Hotel de Campo Colon, lo hicimos con las aprobaciones de Asamblea de socios y dentro de los límites y posibilidades de una Asociación Civil sin fines de lucro. Si la legislación nos hubiera permitido que el club pudiera ser parte mayoritaria en acciones de una SA constituida para ese objeto comercial, el transito hubiera sido más fácil, viable la convocatoria a más y mayores inversores y una mejor explotación comercial.
2) Estábamos desarrollando un programa de formación de jugadores, por entonces, único en nuestro fútbol. Lo que llamamos “Escuela de Jugadores” en “Ciudad Fútbol” (lugar de entrenamiento, pensión –casa fútbol- y Hotel). Poníamos mucho énfasis en la formación integral del jugador. Reclamaba que todas las voces que lo rodearan debían tener el mismo tono, el mismo consejo. Con ese sentido imagine que el Club debía constituir como un desprendimiento societario un SA para la representación de los jugadores formados en ese programa, con participación mayoritaria del club e invitando a representantes y/o agentes reconocidos en el país o en el extranjero a adquirir acciones con participación minoritaria. Buscábamos que la empresa tenga un seguimiento del jugador en salud, educación, alimentación; que genere relaciones y contactos con clubes del extranjero y reinvertir los recursos en concepto de comisión por venta. Lo estudie, convoque a que me ayudaran, pero choque con la barrera del impedimento legal. Enfrentamos a diario las dificultades que se tienen con los jugadores formados en el club y el conflicto con sus agentes.
3) En el marco de “Ciudad Fútbol” e integrado al hotel, estudiamos y proyectamos dos iniciativa: a) Un efector de salud privada con incumbencia medica en la recuperación de deportistas, teníamos algún nivel de avance con actores de la medicina privada y; b) Una Universidad y/o aulas satélites en convenio con otra Universidad con la incumbencia académica en todo lo referente a las profesiones vinculadas al deporte. Ambas iniciativas con un nivel considerable de avance en la convocatoria a privados para su desarrollo e inversión, de nuevo, la imposibilidad jurídica. El objeto no era de beneficencia, sino unidades de negocios para generar recursos.
4) A espalda del estadio “Brigadier Estanislao Lopez” está el barrio Centenario, luego el río, el límite sur de la ciudad capital. A pocas cuadras, el casco histórico y el asiento de los tres poderes de la Provincia: La casa de Gobierno, el Palacio de Justicia y la Legislatura. Es uno de los ingresos a la ciudad, lindante con la ciudad de Santo Tome. Al estadio le hemos inyectado mucha inversión en obras, el que se usa cada quince días, cuando se juega de local o, menos si el fixture se angosta.
Imagine, en su entorno, un desarrollo comercial que le significara ingresos extraordinarios al club, mejorara su entorno y el de la zona de la ciudad. Proyectamos un centro comercial: con supermercado, patios de comida, locales comerciales y mejorando la cancha auxiliar como un micro estadio. Converse con varios inversores, locales y nacionales, algunos interesados vinieron e hicieron estudios de mercado. Se estuvo cerca, habíamos despertado interés en asociar una fuerte marca con el club Colon, en un entorno de un lindo e imponente estadio enclavado en importante zona. Una vez más, chocamos con límites legales de una Asociación Civil sin fines de lucro.
Ideas pensadas y proyectadas hace más de una década solo queda por mirar el contraste con la actual foto.
No son términos correcto “privatizar el club”, “vender el club”, cualquiera se espanta y bloquea la posibilidad. Se trata de tener herramientas legales que nos permitan salir del corset que implica una Asociación Civil “sin fines de lucro” e imaginar a partir dirigentes innovadores y creíbles atraer inversores y cuidar de ellos, para la realización de las alegrías deportivas abriendo camino hacia clubes modernos.
Hay que saber leer lo que sucede en el país y salir de la comodidad de slogans y frases hechas. El fútbol, con sus distintas competiciones internas, que más respeta el anclaje cultural es Inglaterra, donde nació este deporte y sus clubes mayoritariamente son privados.
Al mismo tiempo, con la legislación que permita las constitución de las SAD, debe legislarse sobre órganos de control e incumbencia de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) e incompatibilidades de accionistas de empresas de apuestas deportivas con clubes y, otras regulaciones del Estado para evitar caer a las malas experiencias de otras Ligas y; normas internas de AFA como el fair play financiera y la exigencia de porcentajes de fondos a invertir en programas de inclusión educativa y deportiva.
Cerrarse a este nuevo desafío es no asumir que estamos próximos a perder el partido.