Parma, uno de los históricos clubes del fútbol italiano que en los últimos años ha sufrido por los malos manejos económicos que lo llevaron a la quiebra, la desaparición y el tener que volver a empezar bien de abajo con otro nombre, consiguió esta tarde el ascenso a la Serie A y vuelve a la elite del fútbol italiano tras tres años en segunda división.
El Parma garantizó hoy su regreso a primera con dos fechas por jugarse en la temporada de la Serie B, gracias al empate como visitante por 1-1 ante el Bari. Con el punto que sumó, le sacó siete de ventaja con seis en juego al Venezia, actualmente en el tercer puesto, y más allá de si asegura el primer puesto o lo supera el Como, ya no caerá del segundo puesto, por lo que ascenderá de manera directa y no tendrá que jugar playoffs.
Como en absolutamente todos los partidos del torneo, el arquero de Parma hoy fue Leandro Chichizola, aquel portero surgido de las inferiores de River que a los 34 años vive probablemente su hora más gloriosa en su carrera profesional. El exMillo registra hasta ahora menos de un gol en contra por partido: le hicieron 33 en 36 partidos jugados.
El otro argentino que fue titular y también gran protagonista del ascenso es Nahuel Estévez, el mediocampista que surgió de Comunicaciones, en el ascenso, pegó el salto en Estudiantes y de allí emigró al fútbol italiano. Estévez jugó 32 de los 36 partidos del torneo y convirtió tres goles.
El tercer futbolista de nuestro país en sumar minutos hoy en el partido que devolvió a Parma a la Serie A fue el mundialista Cristian Ansaldi, que a los 37 años participó en menos de la mitad del torneo: sumó 15 partidos en los que dio una asistencia.
Por último, el cuarto y último argentino del plantel es Lautaro Valenti, que fue comprado por el Parma a Lanús en 2020, después de la pandemia, y el año pasado sufrió una grave lesión. A fines de febrero, el zaguero pudo volver a ser considerado y fue un par de partidos al banco, sumando minutos solo en un partido de la temporada.