Probablemente, el encuentro que animaron Independiente Rivadavia de Mendoza y Unión de Santa Fe en el cierre de la cuarta fecha de la Liga Profesional haya sido uno de los menos atractivos para el público futbolero. La Lepra se presentó ante su gente con la intención de dejar en el pasado la eliminación en la Copa Argentina ante Banfield, para escalar a la cima que compartían conjuntamente Racing, Talleres y Huracán.
Para el Tatengue, en tanto, la ambición por la punta del certamen doméstico también se fijaba como máximo objetivo en tierra cuyana. Y en un duelo parejo, en el que los protagonistas no regalaron nada, el responsable de abrir el marcador fue Adrián Balboa, con un penal en el que nada pudo hacer Gonzalo Marinelli. Los del Kily González celebraron en territorio ajeno y se convirtieron en uno de los líderes del certamen.
Tras el encuentro, el DT manifestó: "El primer tiempo no fue bueno, Independiente nos superó, tuvimos una buena charla en el entretiempo, necesitábamos estar más agresivos. Desde ahí empezamos a generar más, llegó el penal y las expulsiones nos complicaron. Ele quipo tiene carácter y corazón, en otras situaciones este partido se hubiera perdido, sufrimos, pero no hubo una situación clara de ellos".
"Siempre interactuó con los jugadores que están en el banco de suplentes, necesitábamos de ellos. Debemos manejar esa ansiedad de querer que termine el partido, ellos jugaron un gran partido, lo importante es que el equipo se animó, jugó con mucha hambre de ganar" agregó.
Por otro lado, dijo: "El equipo sostuvo ese amor propio de querer ganar, de trabajar y también sufrir. No es fácil ganar 3 de cuatro partidos y estar arriba. Ojalá que esto siga, luego esperaremos el parate. Después del partido hablamos entre todos por las expulsiones, son cosas que suceden y hay que aprender".
Sobre el cierre, dijo: "No fue el mejor partido de Unión, pero ganamos nuevamente. Veníamos de hacer un partido casi perfecto y hoy no pudimos sostener eso, pero esto es fútbol, el equipo luchó con dos hombres menos".