Tantos fueron los inmigrantes italianos que llegaron a la Argentina entre el siglo XIX y el XX que una localidad del sur de Italia se volvió la capital europea del mate a fuerza de recibir regalos de parte de los parientes radicados en estas latitudes.
Cada habitante de Lungro, en Calabria, que se asentaba en Argentina mandaba mate, bombilla y yerba para su patria de origen, y algunos hasta volvieron a su pueblo ya con esa bebida incorporada a sus dietas.
Incluso hace una década que se realiza la Festa del Mate, un evento con shows de música, danza y comedia en el que además se hace una feria dedicada al mate y sus insumos, y hasta hay una Academia del Mate, que dirige Anna Stratigò.
"El mate es parte de nuestra identidad. Está instalado desde hace más de un siglo. Nacemos en hogares en los que bebemos mate alrededor del fuego, todos juntos. Pensé que teníamos que hacerle saber al mundo que éramos una pequeña Argentina", le dijo Stratigò al diario Clarín.
Aunque los elementos cambiaron de nombre -porque la localidad mantiene en uso del arbëreshë, un idioma llegado de Albania hace seis siglos- hoy en día es normal encontrarlos en los negocios.
Eso sí: el mate se llama "kungullo"; la bombilla, "pumbixhi"; y "çikullatera" es el recipiente que se usa para calentar el agua.
"Estos términos no derivan del italiano sino del arbëreshë, una lengua minoritaria que Lungro mantiene desde hace más de seis siglos debido a la llegada de los albaneses hacia el 1400", explicó Clemente Rennis, administrador de la cuenta de Instagram @VisitLungro-Ungra, que promueve el turismo en esa localidad.
Tan social se volvió el mate que en el "gjitonie" (barrio, en arbëreshë) se comparte el kungullo, y Rennis explicó cómo se hace: "se prepara con azúcar, un trozo de carbón caliente, que luego se retira, y una piel de naranja para mejorar el sabor. Después se agrega la yerba mate y el agua caliente", dijo.
El mate tiene hasta canzone (creada por Stratigò e interpretada por niños en arbëreshë) con la que se empieza la Festa del Mate, cada 1o de agosto en la Plaza del Mate, que queda justo frente al Palacio Stratigò, la casa que pertenece a la familia de Anna hace 15 generaciones y es muy reconocida en Lungro.
En ese mismo edificio funciona la Academia del Mate, la Casa Museo del Risorgimento, la Oficina della Música, un Bed & Breakfast y la Casa del Mate, que es única en Europa.