a piel proporciona una barrera frente a los productos químicos nocivos, el calor y el frío, los microorganismos dañinos y las radiaciones solares. Las condiciones climáticas pueden afectar su estado, por eso es importante mantenerla hidratada y cuidada.
Las zonas más sensibles a los efectos del invierno son mejillas, labios, cuello, escote y manos. Casi todas ellas están situadas en el rostro, por lo que cuidar la piel de la cara es una prioridad, especialmente en caso de piel sensible.
Hidratación externa
Cada piel tiene necesidades distintas y requiere diferentes productos y frecuencias de aplicación. Sin embargo, como regla general, es conveniente hidratarla a diario y después de cada baño, especialmente si se tiene algún tipo de dermatosis, como dermatitis atópica o psoriasis. Siempre es mejor recurrir a un profesional para tratar problemáticas puntuales.
Cuidado con el agua
Es tentador ducharse con agua bien caliente, sin embargo, hay que regularse con la temperatura, ya que puede generar mas resequedad e irritación.
Limpieza en profundidad de los poros
Mantener una rutina diaria para limpiar el cutis de la suciedad del ambiente y factores externos es crucial para una buena higiene facial. Sin embargo, en bajas temperaturas es recomendable que no te exfolies tan seguido, ya que puede ser mas abrasivo de lo normal. Los profesionales sugieren usar limpiadores más gentiles y, en caso de ser necesario, usar exfoliantes una vez a la semana.
Cuidá tus labios
La piel de los labios es extremadamente sensible, por lo que necesita cuidados especiales. Es importante usar hidratantes específicos para la zona y que no tengan componentes altos en alcohol, ya que tienen a resecarse con el paso de las horas.
Protegete del sol
En invierno no desaparece el riesgo de dañar la piel por la exposición solar, especialmente si estás en una zona de nieve, donde se puede reflejar hasta un 80% de la radiación solar. Los lentes de sol y la crema solar son aliados para mantener la piel bien cuidada ante sus efectos.