El Gobierno nacional dispuso que la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDis), que hasta ahora era un organismo autárquico, pase a depender del Ministerio de Salud.
La decisión es fuertemente criticada por las organizaciones y especialistas en el área, que consideran la medida un retroceso en materia de inclusión.
Además, advierten que la resolución va en contra de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad e implica adoptar una mirada obsoleta, que entiende a la discapacidad como una enfermedad.
Reclamo colectivo
“Resulta evidente que la ANDIS desarrolla muchas otras funciones que son completamente ajenas a las cuestiones sanitarias. Así, se vuelve a perjudicar a un colectivo históricamente desatendido, social y económicamente postergado”, denunciaron en 400 organizaciones del sector encabezadas por la Red por los derechos de las personas con discapacidad (REDI) en una carta dirigida al ministro de Salud de la Nación, Mario Russo, y al director de la ANDis, Diego Spagnuolo.
En el texto, las ONG firmantes piden al Ejecutivo “que deje sin efecto los artículos 8 y 9 del Decreto 585/2024 y garantice recursos suficientes para cumplir con las obligaciones convencionales y constitucionales que el Estado tiene con el colectivo de las personas con discapacidad”.
La ANDis había sido creada en 2017, durante la presidencia de Mauricio Macri, como un organismo descentralizado, autárquico y con rango de Secretaría de Estado. Y se mantuvo en esa esfera hasta el reciente decreto, que genera preocupación.
Mucho más que salud
Desde el estudio de LT10, Gabriela Bruno, activista por los derechos de las personas con discapacidad, expresó que la medida del gobierno de Milei la tomó "por sorpresa porque la ANDIS venía consolidándose en trabajar todo lo que tiene que ver con el modelo social de la discapacidad".
Dicho modelo, explicó, "tiene que ver con entender que tener una discapacidad no se trata de una cuestión de salud o enfermedad, sino de contar con los entornos accesibles: accesibilidad física, urbana, comunicacional, actitudinal".
"Que de golpe se haya tomado la decisión de pasar al Ministerio de Salud es volver a pensarnos desde el binomio salud-enfermedad y volver a arrancar de nuevo", lamentó, y añadió: "porque no son competencias de Salud trabajar por el acceso a la vivienda, al trabajo, etcétera.
"Esto reduce las discusiones al acceso a la rehabilitación o a todo lo más inherente a Salud, que no digo que no sea necesario, pero no es lo único", concluyó.