En los últimos años, la investigación científica reveló avances significativos en nuestra comprensión de las capacidades cognitivas de los animales. En particular, el estudio de la memoria en perros creció como un campo fascinante que no sólo explora la inteligencia canina, sino que también ilumina aspectos profundos de su relación con los seres humanos.
Un reciente estudio puso de relieve cómo nuestras mascotas procesan, almacenan y recuerdan la información, desafiando viejos paradigmas sobre la memoria animal y ofreciendo nuevas perspectivas sobre la profundidad de su inteligencia. Este avance no solo proporciona una visión más clara de la cognición canina, sino que también resalta la importancia de la memoria en la vida cotidiana de nuestros compañeros de cuatro patas, reforzando el vínculo especial que compartimos con ellos.
Gregory Berns, neurocientífico de la Universidad Emory que estudió y escribió sobre la cognición canina, afirma que los perros y otros animales parecen tener la anatomía cerebral necesaria para poseer algo similar a la memoria episódica de los humanos. Un sector del cerebro llamado hipocampo es el responsable de almacenar y ordenar los recuerdos, y si nosotros podemos, se cree que los perros también.
Los hallazgos sugieren que, al igual que los humanos, los perros pueden formar recuerdos duraderos y utilizar estos recuerdos para influir en su comportamiento y en sus interacciones con los humanos y otros animales.