Las tarjetas de débito, crédito y/o prepago son utilizadas por el 44% de todo el universo de pagos en América Latina, mayormente en las categorías del retail y el e-commerce, en tanto que el efectivo representa aún el 36% de las operaciones en la economía formal.
Los datos corresponden al relevamiento de Americas Payments and Commerce Market Intelligence.
A pesar de la clara preferencia que se desarrolla en la región por los pagos digitales, los expertos señalan que estos tienen aún un gran reto para igualar las expectativas que los usuarios conservan del efectivo, entre estas la inmediatez, que les permite verificar el saldo y confirmar la realización de una transacción en tiempo real.
Según el estudio “Personalization Pulse Check” de la consultora Accenture, que consistió en una encuesta realizada a 1.500 consumidores entre 18 y 60 años en Estados Unidos y el Reino Unido, más del 70% de los mayores de 18 años tienen al menos una tarjeta financiera en la actualidad.
De hecho, la mayoría de esos consumidores tienen un promedio de 3,7 tarjetas de crédito y débito, lo que hace que la personalización de tarjetas se vuelva cada vez más importante para ganar clientes entre las nuevas generaciones de usuarios bancarios: la X, Millennials y la Z.
De todos modos, la adopción de medios de pago digitales en la región -como tarjetas de crédito, débito y prepago contactless, aplicaciones de transferencia instantánea y billeteras virtuales- se mantuvo en alza. Estas soluciones ofrecen seguridad, transparencia, agilidad y facilidad de uso.
Las instituciones financieras que aspiran a liderar el sector se vuelcan a incrementar la oferta de pagos inmediatos, iempleando los pagos A2A o los pagos auto atendidos que cumplen con la agilidad y simplicidad que buscan los consumidores latinoamericanos de hoy.
Otra preocupación para los consumidores es la privacidad de sus datos en el mundo de las transacciones digitales, en donde el 73% de los encuestados señaló que la privacidad es una prioridad indiscutible y que siempre eligen métodos de pago que protejan sus datos.
Estos medios contribuyen, entre otras cosas, a la economía formal y a la inclusión financiera, dado que buscan reducir las barreras que impiden a las personas ser parte del sistema.
En Latinoamérica, más del 70% de las personas ya tienen acceso a medios de pago digitales y Brasil, Argentina, Chile y Colombia lideran su uso.
Para hacer frente a esta demanda, las fintech, la banca e incluso, empresas tradicionales por fuera del ecosistema bancario, han ido buscando sumar capas financieras a sus propuestas de valor.
“De esta manera, podremos avanzar, en Argentina y la región, hacia una economía digital, formal, basada en infraestructura moderna y segura”, destaca Santiago Witis, Country Manager de Pomelo en Argentina y Chile.
En este contexto de innovación, el crecimiento del uso de tarjetas fue reflejando un cambio significativo en la forma en que los consumidores realizan transacciones, impulsado por la tecnología, la digitalización y un enfoque en la seguridad y la conveniencia.
Creciente digitalización
Gracias a las nuevas tecnologías y a la creciente digitalización, las tarjetas no sólo han ganado mucho terreno con las personas, sino que también con numerosas empresas, que las utilizan de diversas maneras.
Esta versatilidad permitió que sean utilizadas, por ejemplo, para pagos en viajes al exterior, gastos corporativos, compras y servicios en línea, entre otros.
Debido a su popularización, las empresas obtienen nuevas fuentes de ingresos y oportunidades para diferenciarse en el mercado.
“El uso de tarjetas de crédito y débito ha crecido exponencialmente en los últimos años, reflejando una tendencia hacia un sistema de pago más eficiente y seguro, mientras que el efectivo parece estar perdiendo terreno en la economía digital. Con consumidores optando por la conveniencia de las transacciones electrónicas, las tarjetas han pasado de ser una opción a convertirse en la norma, desafiando así la supervivencia del efectivo”, asegura Witis.
Pagos digitales en América Latina
Las tendencias en la región indican:
Auge en el uso de las billeteras móviles: comenzó luego de la pandemia y sigue tomando fuerza en nuestra región, donde en el 2023, 37% de los consumidores utilizaron billeteras digitales para realizar transacciones en línea o en tiendas físicas, debido a la comodidad, rapidez y accesibilidad que ofrecen y proyectando un aumento de su uso a un 47% en el 2024. La popularidad de las billeteras móviles impulsó también otras tendencias como el mayor uso de tarjetas digitales y la interoperabilidad entre billeteras digitales y las apps bancarias a través de códigos QR, que es un desarrollo pronto a salir.
Pagos inmediatos, experiencias sin fisuras y seguras: incluye tendencias como los pagos A2A o Tap to Phone, en que las transacciones se realizan desde un teléfono móvil y de forma inmediata a través de un ecosistema digital fluido, conectado y seguro, obligando a un mayor desarrollo de otras innovaciones como los ecosistemas financieros abiertos y el Open Finance. Para lograr pagos sin fisuras y seguros se debe continuar con la expansión de los ecosistemas financieros integrados, las finanzas embebidas y la banca como servicio a través de plataformas centrales que agrupan todos los servicios financieros que un usuario puede necesitar, sin importar si son ofrecidos por diferentes proveedores: desde transferencias interbancarias inmediatas y a bajo costo, pago de servicios, acceso a productos de inversión y crédito hasta adquisición de otros bienes.
Open Finance: también conocida como Finanzas Abiertas, se refiere específicamente a la iniciativa de compartir datos financieros de manera segura y estandarizada entre diferentes instituciones y proveedores de servicios financieros para ofrecer productos personalizados y completos a los usuarios, muy de la mano con el desarrollo de los ecosistemas financieros integrados.Esta apertura de los datos financieros impulsa la innovación y competitividad en el mercado, favoreciendo a las instituciones que ofrezcan servicios disruptivos e innovadores, como medios de pago al instante y conectados con todo el ecosistema, como es el caso de tarjetas físicas y digitales al instante, que pueden convertir la App de un banco en una billetera digital.
Integración de IA en las transacciones: la Inteligencia Artificial también está incursionando en el sector de los servicios financieros y ahora la vemos integrada a los pagos para simplificar y mejorar las interacciones entre los clientes y comercios o bancos. La amplia cantidad de información que la IA puede procesar ayuda a las entidades financieras a entender quiénes son sus clientes y ofrecer una gama de servicios personalizados, de acuerdo a sus preferencias.