Los meses, semanas y días pasaron en el mercado más largo de la historia y Unión todavía no sumó a nadie. No es porque Cristian González no quiera a nadie, sino que lo que pretendía la dirigencia no se lo pudo cumplir y, los nombres que ahora le acercan, no lo convencen.
Esto terminó prácticamente de estallar con las declaraciones en la última conferencia, donde quedó clara la diferencia de opiniones que hoy le ponen un manto de duda la situación, ya que esta semana cierra el libro de pases. Por lo que pudo saber Diez en Deportes, el que tiene diálogo directo con el presidente Luis Spahn es el ayudante Tomás Costa.
Vale resaltar que hay tres puestos claves a potenciar: un lateral derecho, un interno y un extremo. Todos los buscados estaban en el exterior, pero se levantó la inhibición un día antes que finalice el plazo y ya era tarde para negociar. Lo que a muchos llama la atención es que club como Independiente y San Lorenzo, que le deben a "medio mundo", tenían los nombres cerrados y los utilizó una vez que acordó con los deudores.
Esto en el Tate no sucedió, lo que maximiza las dudas dentro de un hermetismo reinante, porque ni rumores hay. Salvo lo de Ignacio Malcorra que el propio Kily enunció. "No es que tampoco me bajo del barco y no quiero jugadores, solo digo que los que tengo son los mejores y las posibilidades por ahora no están. El tiempo pasó y tenemos poco margen. Ni el ascenso está fácil. No voy a negar que Ignacio me gusta. No le cierro la puerta a nadie, pero es muy fácil mandar mensajes", apuntó.
Lo cierto es que, por lo que pudo saber Diez en Deportes, es que lo que quiere uno no satisface al otro y viceversa. Esta diferencia de opiniones pone en jaque el plan del técnico, que como viene la mano prefiere quedarse con lo que tiene y apostar por las inferiores. Sabe que es un riesgo grande ante tamaña expectativa, pero no quiere relleno. Algo que desde la dirigencia no ven así. El tema es que el tiempo pasa y Unión perdió piezas claves y no las pudo reemplazar.