La semana pasada, una nena de 10 años sacó de la biblioteca de su escuela un libro con descripciones explícitas de escenas de sexo, lenguaje para adultos y hasta el relato de un abuso sexual. El escándalo, surgido en la localidad de Progreso (departamento Las Colonias), traspasó los límites de la provincia y ya alcanzó trascendencia nacional.
El texto es Dos Monstruos, escrito por Juan Revol. Forma parte de una colección impulsada por el Ministerio de Educación de Teresa Parodi en 2015, durante la gestión de Cristina Kirchner. Supuestamente se trata de un escrito de literatura erótica para adultos.
Pero lo cierto es que estaba en las estanterías de la escuela Nº 341 José María Paz y la niña lo tomó. Y como consecuencia de su lectura sufrió crisis de llanto, insomnio y falta de control de esfínteres.
El padre de la víctima, un conocido profesor de Progreso llamado Diego Solís, pidió explicaciones en la escuela y en el Ministerio de Educación de la provincia, pero no encontró respuestas.
Solís se enteró de la que ocurría luego de que un nene le dijera: "¿vos sabés que tu hija está leyendo un libro con malas palabras?". Acto seguido su pequeña hija le preguntó "¿Qué son los ovarios?", y eso le activó las alarmas.
Entonces, el padre le preguntó qué estaba leyendo, y su contestación lo espantó: "Un libro que dice que hay un nene arrodillado, que se mete el pito en la boca”, le contestó la menor.
En la Legislatura
La diputada provincial Natalia Armas Belavi llevó el caso a la Legislatura y solicitó que se informe si las autoridades de ese establecimiento educativo del departamento Las Colonias han registrado quejas, planteos o cuestionamientos al material bibliográfico disponible en la biblioteca, por parte de quienes integran la comunidad educativa, como también, en caso de que esto así haya ocurrido, si aquellas lo han reportado a las autoridades del Ministerio de Educación.
Además, la legisladora del bloque Vida y Familia pidió conocer si se realiza de forma periódica un relevamiento preciso del material bibliográfico existente en las bibliotecas de los establecimientos educativos y su clasificación según materia, edad o nivel de formación del niño, niña o adolescente; como así también, la existencia de un listado de las obras disponibles al que pueda acceder el público en general.
El requerimiento se fundamenta en "la falta de respuesta por parte de las autoridades de Educación y de la institución involucrada, en el derecho que debe garantizarse a todos los niños de recibir educación respetuosa de su nivel de madurez, que lo forme y enriquezca, para llegar a ser adultos sanos y responsables"; según lo establece la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño", ratificada por ley en nuestro país desde el año 1990; y de rango constitucional desde 1994.