El principal secreto para hacer el huevo pasado por agua, en el marco de su Día Mundial. es cuidar el límite del hervor para que no se llegue a cocinar la yema, entre 3 y 4 minutos.
Para conseguir el punto deseados, en el tiempo mínimo, la clara queda cocida y ligeramente líquida. En el máximo, estará un poco más consistente.
Y si permaneciera en hervor 4 o 5 minutos más, se convertiría en huevo duro.
Quienes gustan tomar huevos en la hora del desayuno los tienen muy en cuenta, ya que son muy fáciles de digerir al cocinarse de esta forma, porque además de muy ricos, en especial son ligeros, ya que no incluyen más grasa que la que portan.
También son una alternativa práctica para resolver la cena. Cuando no se sabe qué preparar sin recurrir a comida rápida o a tirar de embutidos o quesos.
En esos casos, uno o dos huevos pasados por agua cumplirán la cena de manera fácil y rápida.
No necesitan receta, salvo seguir los pasos normalmente desde que se meten los huevos en una olla con agua para hervirlos, a la que se le podrían añadir unos granitos de sal y un chorrito de vinagre de jerez. El agua debe cubrirlos completamente y que el nivel no sobrepase su altura más de dos dedos.
Previamente, deben haber estado a temperatura ambiente hasta que se los somete a la cocción, a fin de evitar que el contraste de temperaturas rasgue la cáscara.
El enfriamiento posterior es fundamental para que los huevos pasados por agua no sigan cociéndose dentro de su cáscara después de haberlos sacado de la olla.
Un bol con unos hielos para enfriarlos durante un minuto sería ideal para que la cocción se detenga pero el huevo siga estando caliente para su degustación.
Cómo servirlos
Paulina recomienda, una vez hechos, llevarlos a la mesa en un pequeño soporte para huevos, la alternativa para quienes no lo tienen puede ser ponerlos en un vasito.
La cuestión es que sean sostenidos verticalmente, para así romper la parte superior dándole golpecitos laterales con una cuchara, o mejor, con un cuchillo, e ir cortando con cuidado para que no caigan trocitos de cáscara dentro del huevo. Una vez abiertos se les puede insertar una cucharita y comerlo como si fuera un pote de yogur.
También se suelen sumergir pequeños trozos de pan o palitos de pan en la yema.
La advertencia es que cuando el huevo se va a comer medio crudo se cocine y consuma en el momento, por ser una posible fuente de salmonella para los niños, personas mayores y, sobre todo, aquellos que tienen el sistema inmune debilitado.
Los huevos pasados por agua tienen muchos beneficios para la salud, desde una mejor digestión hasta una mayor absorción de nutrientes. Esta forma de cocinar también es una excelente opción para aquellos que buscan una comida saludable y nutritiva.
El origen
París 1789, en plena Revolución Francesa, el Rey Luís XVI pidió a su cocinera que le pusiera a hervir un huevo para calmar sus nervios, “necesito huevos para afrontar la situación” dijo él.
La cocinera agarró un huevo, lo metió al agua. Y enseguida se escuchó un grito del Rey enojado preguntando dónde estaba el huevo.
Lo sacó rápidamente y como pudo. Luego, al pelarlo notó la desagradable sorpresa. El monarca vio lo que estaba pasando y tuvo una idea para salvarla. Se le ocurrió poner pedacitos de pan en el huevo a medio hacer para remojarlos del todo. Para la sorpresa de todos, el Rey se volvió fan de esto.
Dicen que, cuatro años después, el monarca pidió huevos pasados por agua como último deseo.
Y que Robespierre lo cocinó él mismo y se lo dio en una rodaja de pan lactal.