Casi diez días después del derrumbe del Apart Hotel Dubrovnik el equipo de rescatistas logró hallar los restos de Dana Desimone, la octava y última de las personas que fueron buscadas entre toneladas de escombros.
La confirmación llegó a media tarde luego de ampliar el radio de búsqueda frente a la ausencia de primeros resultados. Habían llegado a ingresar incluso a la habitación que ella ocupaba allí, donde residía y realizaba tareas administrativas.
Con Dana, de 28 años y oriunda de la localidad bonaerense de Juan N. Fernández, son ocho los fallecidos. La lista se abrió con Federico Ciocchini. Continuó con Rosa y Nahuel Stefanic y, anteayer, con cuatro obreros que habían llegado para trabajar en ese complejo: Fabián Javier Gutiérrez y los plomeros Mariano Troiano, Ezequiel Matu y Matías Chapsman.
La única sobreviviente es María Josefa Bonazza, rescatada el mismo martes en que el hotel se vino abajo. Sufrió algunas lesiones pero siempre estuvo fuera de peligro. Permanece internada en una sala común del Hospital Municipal de Balcarce, su ciudad natal.
En medio de esta búsqueda de Dana se había dado una situación particular que, en el marco de tanta desolación por los resultados que se venían dando, habilitó aplausos y algunas sonrisas: los bomberos encontraron a una gata, golpeada pero con vida. Se supo luego que la llamaban Kiara y era de Nahuel Stefanic, que también vivía en el hotel con su tía, Rosa.
Dana se había instalado en la costa durante los últimos años, luego de salir de su pequeño pueblo con destino al Gran Buenos Aires. En ese recorrido avanzó con conocimientos de pastelería y montó un emprendimiento que luego buscó desarrollar en la costa, desde Villa Gesell.
Aquí tomó contacto con los Stefanic. Si bien se la señala como novia de Nahuel, algunos de sus familiares niegan ese vínculo y aseguran que solo compartían un mismo espacio de vivienda y laboral. A los dos se los menciona en la causa judicial que investiga responsabilidades en el derrumbe. Obreros aseguran que el joven solía recibir o encargar materiales, también realizar pagos. Y que a ella le presentaban también algunos comprobantes de gastos operativos.
La lista de desaparecidos había tenido dudas iniciales para los responsables del operativo de búsqueda y rescate. Durante esos primeros pasos se reconocían siete personas que se alojaban esa noche en el Dubrovnik y no habían logrado salir tras el derrumbe. Pero no descartaban que pudieran ser nueve, en función de la rotación de obreros que tenía el plan de mejoras en curso, con trabajadores que eran de otras localidades y allí pernoctaban.
Fue con la presencia y reclamo de familiares de los desaparecidos como se definió este listado definitivo de siete personas buscadas. Otras dos víctimas que tuvo el derrumbe vivían en un departamento de un edificio lindero, impactado por restos de los pisos superiores de la torre de diez pisos. Eran Ciocchini, que murió, y Bonazza, la única sobreviviente entre tanto escombro.