Carlos Alcaraz (3º) le regaló su mejor nivel de tenis al público de Turín y sigue con vida en las ATP Finals. El ex Nº1 del mundo se llevó el encuentro ante Andrey Rublev (8º) por 6-3 y 7-6 (8), a pesar de luchar con problemas de salud en los últimos días.
En la previa del partido, había expectativa por el estado físico del español, que preocupó a todos cuando canceló su entrenamiento debido a problemas estomacales y respiratorios. Finalmente, salió a la cancha con una tira nasal y despejó cualquier duda con su actuación frente al ruso.
La tercera raqueta mundial fue de menos a más. Por un lado, supo tomar ventaja de los errores de Rublev en puntos decisivos. Ya hacia la mitad del primer set, pudo soltar su derecha y comenzó a ejecutar su característica jugada de drop shot combinado con cierre en la red, en un claro signo de confianza. Para el final del segundo set, la frustración de su rival era evidente y entendible. No había nada que reprocharse en su forma de jugar, simplemente tenía un talento generacional del otro lado.