El 3 de diciembre de 1997 quedó marcado a fuego para siempre en Colón por la clasificación a la primera Copa Libertadores de América de su historia. Fiel sus registros, donde todo le costó siempre más de la cuenta, lo hizo en una definición infartante ante Independiente en un desempate disputado en cancha de Lanús.
En el banco ya no estaba Pacho Ferraro como DT, pero sí otro histórico de la institución: el uruguayo Orlando Medina. Fue un encuentro parejo en el que ninguno regaló nada.
El gol sabalero llegaría en el segundo tiempo tras un robo de Luis Medero, que trasladó unos 15 metros y habilitó a Fuertes para que deje solo frente al arco a Marcelo Saralegui, hoy técnico del equipo, que no falló y salió a correr frente a la hinchada.
Una noche mágica. Como esas que Colón tiene preparadas, cada tanto, para su gente. Meses más tarde finalmente llegó la Libertadores. En su primera participación en el torneo más importante del continente a nivel clubes, el Rojinegro quedó entre los 8 mejores, tras superar al poderoso Olimpia y luego perder con River en los cuartos de final.