Desde que se apagó el semáforo, Coltrinari tomó el control con autoridad. Como si el trazado entrerriano le perteneciera —ya había ganado allí en 2024—, impuso un ritmo demoledor que fue imposible de igualar. Medio segundo más rápido por vuelta que sus perseguidores, el del Saturni Racing fue construyendo una ventaja que parecía escrita con escuadra y compás.
Detrás suyo, Bautista Damiani hizo lo que pudo para sostener el segundo lugar, primero resistiendo los embates de Juan Pablo Pastori, y luego administrando la distancia con inteligencia. El resultado le vino con un doble premio: además de subir al segundo escalón de la serie, igualó en puntos al líder del campeonato, Joaquín Cafaro. Aunque el desempate aún lo deja como escolta, el campeonato se pone al rojo vivo.
Mientras tanto, la lucha por el tercer escalón no dio respiro. Pastori y Gonzalo Antolín pelearon rueda a rueda, con el de Alquat Motorsport aguantando estoico cada intento de sobrepaso. Más atrás, la carrera también tuvo sus momentos complicados: Christian Bodrato Mionetto sufrió fallas en el motor, y tanto Damián Kirstein como Diego Farina —quien volvió a la acción tras más de un año y medio— se fueron de pista y perdieron terreno.
La bandera a cuadros confirmó lo que ya se sabía desde el primer giro: Coltrinari fue el dueño absoluto de la serie. Damiani y Pastori lo acompañaron en los puestos de honor, en una jornada donde la experiencia, el ritmo y la constancia marcaron la diferencia.