Desde que comenzó la clasificación, el joven bicampeón de Clase 2 dejó señales claras de su potencial. En la salida del Grupo C, cronometró un 1m48s583 que lo puso al frente de la tabla, con apenas una décima de diferencia respecto al tiempo que había marcado Facundo Marques en la segunda tanda libre. Pero Thiago tenía algo más que ritmo: tenía confianza, precisión y hambre de gloria.
Mientras él miraba desde los boxes, el reloj avanzaba y las emociones se acumulaban. En la pista, Gastón Iansa logró meterse segundo con su Focus preparado por Ulises Armellini, pero el festejo le duró poco: fue excluido por no respetar el reglamento de altura mínima del auto. Una oportunidad menos para arrebatarle el lugar al hombre del Toyota.
Luego fue el turno del Grupo A. José Manuel Urcera apareció con fuerza, ubicándose tercero en los primeros minutos de actividad, pero no logró mantener esa posición. Alfonso Domenech lo superó sobre el final y se quedó con el tercer escalón provisional. El líder del campeonato, Facundo Chapur, también vivió su propia odisea: se despistó, juntó pasto en la trompa y condicionó su vuelta rápida. Pese a todo, salvó los muebles con un décimo puesto.
Pero la historia aún no estaba escrita. Faltaba la última tanda, el Grupo B. La tensión se cortaba con cuchillo en el box del Ale Bucci Racing. Primero, bandera roja por el abandono de Braian Quevedo. Luego, el suspenso de cada giro, cada parcial, cada décima... Pero ninguno logró batir el registro del piloto patagónico.
Cuando el último auto cruzó la línea, se desató el festejo. Thiago Martínez, con solo tres carreras en la categoría, se quedó con su primera pole position en Clase 3. Y le regaló al equipo Ale Bucci Racing —el mismo que hizo historia en Clase 2— su primera pole en Concordia con un Clase 3.