Unión sigue a paso firme en el estadio 15 de Abril, donde los resultados positivos se encadenan y el equipo empieza a hacerse fuerte ante su gente. Aunque el inicio del año no fue del todo alentador, el equipo dirigido por Cristian "Kily" González logró revertir la tendencia y convirtió su casa en un verdadero fortín.
El arranque fue cuesta arriba: en el debut oficial del año como local, el Tate rescató un empate agónico ante Boca, gracias al gol en tiempo de descuento de Franco Fragapane. Luego llegaría la caída ante Argentinos Juniors (0-1) y un pálido empate sin goles frente a Instituto, lo que encendió algunas alarmas.
Sin embargo, el punto de quiebre llegó con la victoria ante Gimnasia por 1-0, con gol de Lionel Verde, que significó el primer festejo ante su gente. A partir de ahí, Unión empezó a mostrar una imagen mucho más confiable como anfitrión.
La segunda alegría fue ante Banfield, con un contundente 3-1 gracias a los tantos de Ezequiel Ham, Marcelo Estigarribia y Diego Armando Díaz. Aunque luego se produjo una inesperada derrota frente a Racing por 1-0 —en un partido donde Unión fue ampliamente superior—, el equipo no se cayó anímicamente y siguió creciendo.
El envión se consolidó con la histórica victoria ante Cruzeiro por la Copa Sudamericana, donde el Tate se impuso 1-0 con un tanto de Diego Armando Díaz. Cinco días más tarde, volvió a sumar de a tres en casa, esta vez ante Central Córdoba, con gol de Lucas Gamba, en un partido donde la solidez colectiva fue protagonista.
Los números que respaldan la confianza
Entre el Torneo Apertura y la Copa Sudamericana, Unión ganó cuatro de sus últimos cinco partidos como local, una estadística que refleja no solo la mejora futbolística, sino también la conexión creciente entre el equipo y su gente.
En el ámbito local, el Tate sumó dos puntos en los primeros tres encuentros en el 15 de Abril. Pero luego, en los cuatro compromisos siguientes, cosechó nueve unidades, mostrando una evolución clara en su rendimiento y efectividad.
De esta manera, Unión no solo suma puntos importantes en la tabla, sino que también recupera un valor intangible pero vital: el respeto en casa.