El dicho recita que "siempre que llovió, paró" y Unión, en la despedida de Cristian González, empató ante Defensa y Justicia y que cortó la racha de derrotas en fila. Había perdido todos su partidos del año hasta acá, por lo que sirvió para al menos sacarse la mufa.
Sobre todo, porque quizás desde lo numérico no sume demasiado, ya que sigue peleando en el fondo de la zona A del torneo Apertura. Pero no fue lo único que se consiguió, sino también la valla invicta. Si bien venía de ponerle candado en el triunfo ante Central Córdoba en Santa Fe, le venía costando un montón a nivel local (también terminó en cero contra Cruziero en la Sudamericana).
Antes, fue vulnerado en cuatro duelos al hilo. Una situación que se sumó a las dudas y, cuando las cosas no salen, se pierde confianza y todo es más complicado. Por eso, romper al menos con estas cosas genera un aura diferente.
Ahora todo pasará por ratificarlo este viernes cuando reciba a Newell's con técnico interino y a la espera del flamante conductor. Ponerle candado en cero no asegura ganar, pero sí sumar y el Tate lo necesita como el agua pensando en incrementar las unidades en la general para no peligrar en la permanencia.