En Colón todo lo bueno del inicio se vino a pique en las últimas cuatro fechas, donde sumó apenas un punto. Lleva tres derrotas en fila (dos de local, que agrava todo aún más), por lo que la gente ya cantó "que se vayan todos" y dejó en la cuerda floja a Ariel Pereyra, que en la vuelta al trabajo fue respaldado por los dirigentes, pero con algo claro: una chance más.
Es así como el domingo, cuando el Sabalero visite a Chacarita, desde las 15, con arbitraje de Bruno Amiconi y transmisión de LT10 AM 1020 y FM "X" 103.5, se jugará el puesto. Quizás algo impensado y demasiado pronto, porque queda mucho camino por delante, pero las presiones del club son demasiado altas y el termómetro en la gente no da crédito.
Lastimosamente para los entrenadores los proyectos no resisten ante los resultados y, en el caso de Pata, la pelota ahora no quiere entrar y, tras cartón, cada fallo se paga caro. Un cóctel que pone todo en contra y eleva la tensión. Esto lo deja ya tempranamente contra las cuerdas en San Martín.
Por lo que pudo saber Diez en Deportes, Pereyra no sería echado sino que directamente daría un paso al costado para descomprimir si no gana ante el Funebrero, que viene en alza. Hasta empatando la decisión ya estaría tomada.
En Colón ya no hay paciencia luego de la decepción de la temporada pasada y por eso, es a esta altura ganar a ganar, porque ya está fuera de la zona de Reducida y la punta comienza a verse cada vez más lejos. Un tema que también preocupa a Iván Moreno y Fabianesi, ya que fue su apuesta para este 2025. Partido límite para el futuro rojinegro.