Venezuela está a las puertas de una cita con la historia y con apenas cuatro fechas por disputarse en las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026, la “Vinotinto” mantiene vivo el sueño de clasificar por primera vez en su historia a una Copa del Mundo. Una posibilidad que se ve más cercana gracias a la victoria por 1-0 ante Perú en la última jornada, con gol de penal de su gran emblema: José Salomón Rondón.
El delantero de 34 años, máximo goleador histórico de la selección, continúa siendo el faro del equipo dirigido por Fernando “Bocha” Batista. Rondón no solo es el alma ofensiva del equipo, sino que representa también el compromiso y la esperanza de todo un país que jamás vio a su selección en una cita mundialista.
Su presente en Pachuca lo respalda: es el goleador del Clausura 2025, viene de consagrarse como MVP de la Concacaf Champions Cup, y acaba de renovar su contrato por un año más, con la mirada puesta en una sola cosa: estar al 100% para llevar a Venezuela al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá.
“Necesitábamos el triunfo de cualquier manera y así ha sido”, declaró Batista luego del triunfo ante Perú. Con esa victoria, Venezuela recuperó la séptima plaza de la tabla, beneficiada además por el empate de Bolivia frente a Uruguay.
Aunque esa posición no da cupo directo, sí permite disputar el repechaje intercontinental, una instancia en la que los sudamericanos suelen ser favoritos. Pero la ilusión va más allá: la nueva disposición de la FIFA para 2026 otorga seis cupos directos a la Conmebol, y la “Vinotinto” está a solo un paso de conseguirlo.
El cierre de la clasificación no será sencillo. En junio, Venezuela enfrentará una auténtica final ante Bolivia, rival directo en la lucha por la séptima plaza, y luego visitará a Uruguay.
Más tarde, en las dos últimas fechas, se medirá ante Argentina y Colombia. Un calendario desafiante que exigirá el mejor nivel individual y colectivo del plantel y es por eso que la figura de Rondón cobra aún más valor: su experiencia, jerarquía y capacidad goleadora serán claves para sostener la ilusión.
Por fuera del ámbito de selecciones, Salomón atraviesa posiblemente el mejor momento de su carrera. Desde su llegada a Pachuca en enero de 2024, marcó 35 goles en 62 partidos, con un promedio de 0.56 tantos por encuentro.
Fue pieza clave para que los “Tuzos” conquistaran títulos internacionales como la Concacaf Champions Cup, la Copa Campeón de las Américas y la Copa Challenger, además de alcanzar la final de la Copa Intercontinental frente al Real Madrid.
El compromiso del Rey Salomón no se limita a su club: su renovación es también una muestra de lealtad a la camiseta vinotinto. Con un calendario cada vez más exigente y la mirada fija en el objetivo histórico, Rondón no quiere dejar nada librado al azar. “Estoy viviendo un sueño con Pachuca, pero mi gran objetivo es llegar al Mundial con Venezuela. No me lo quiero perder por nada del mundo”, dijo en reiteradas entrevistas.
Si la “Vinotinto” logra la hazaña, será gracias a una generación que supo crecer, madurar y competir con jerarquía en Sudamérica. Pero, sobre todo, será el legado de un jugador que hizo historia con cada gol, que puso el cuerpo durante años cuando las esperanzas parecían lejanas y que hoy, en la recta final de su carrera, sueña con dejar su huella definitiva. Venezuela nunca estuvo tan cerca, Rondón nunca estuvo tan listo.