La inteligencia artificial se animó a jugar al vaticinio y arriesgó cuál podría ser el nombre elegido por el próximo papa, en la previa del cónclave que comenzará este martes 7 de mayo en la Capilla Sixtina, donde 135 cardenales electores estarán habilitados para votar al nuevo sumo pontífice.
La herramienta tecnológica utilizó parámetros como la popularidad de nombres papales anteriores, el impacto histórico y las líneas teológicas predominantes dentro del Colegio Cardenalicio. Según el análisis, el nuevo pontífice podría optar por un nombre que remita a figuras fuertes del pasado reciente como san Juan Pablo II o Benedicto XVI, especialmente si el elegido proviene del ala conservadora.
No obstante, también se contempló la posibilidad de que se conserve el nombre Francisco, como una forma simbólica de dar continuidad al legado reformista del papa argentino, Jorge Mario Bergoglio.
El resultado del cónclave será anunciado con el tradicional “Habemus Papam” desde el balcón central de la Basílica de San Pedro. Hasta entonces, la expectativa crece —y la inteligencia artificial también se suma a la especulación— sobre el futuro líder espiritual de los más de mil millones de católicos del mundo.