Unión no baja los brazos, aunque la clasificación a octavos de final en la Copa Sudamericana parezca una quimera. El plantel rojiblanco se entrena en el predio de Casasol con la mente puesta en el partido del próximo martes a las 21.30 en el 15 de Abril ante Mushuc Runa de Ecuador, por la cuarta fecha del Grupo E. El equipo de Leonardo Madelón necesita una serie de resultados favorables para seguir con chances, pero aún con el panorama adverso, el objetivo inmediato es claro: ganar y empezar a enderezar el rumbo futbolístico.
La novedad positiva del sábado fue la reincorporación de Lucas Gamba a los entrenamientos grupales. El delantero, autor del único gol tatengue en la derrota 2-1 frente a Palestino, había salido reemplazado por una molestia física. Su regreso es una buena noticia para Madelón, que cuenta con su experiencia y jerarquía como piezas clave en este momento de turbulencia.
En contrapartida, Jerónimo Dómina no estuvo presente en la práctica matutina debido a que cursa un estado gripal, aunque en el cuerpo técnico confían en que podrá estar disponible para el compromiso copero.
Lo que sí está confirmado es que el DT deberá realizar modificaciones obligadas en el equipo titular. No podrá contar con Bruno Pittón, quien sufrió la rotura de ligamentos cruzados en una de sus rodillas, ni con Mauricio Martínez, que padece un desgarro muscular. Madelón deberá rearmar la defensa y el mediocampo, posiblemente con el ingreso de Claudio Corvalán o Mateo Del Blanco en el lateral izquierdo, y de Rafael Profini o Ezequiel Ham como reemplazante del ex Rosario Central.
Pese a que las chances de clasificación son mínimas, Unión necesita dejar una mejor imagen en la Copa. Además del prestigio deportivo, cada victoria en la fase de grupos representa un ingreso de 115.000 dólares, cifra más que significativa en el contexto económico actual del club.
El martes, Unión se juega más que tres puntos: la posibilidad de reencontrarse con su juego, recuperar confianza y mostrar señales de reacción. El milagro parece lejano, pero el deber de competir hasta el final sigue intacto.