Los orígenes de la Fórmula 1: del primer Gran Premio al Campeonato Mundial
El 13 de mayo de 1950 marcó un hito en la historia del automovilismo: se disputó el primer Gran Premio oficial del Campeonato Mundial de Fórmula 1 en el circuito de Silverstone, Reino Unido. Este evento dio inicio a la categoría más prestigiosa del automovilismo deportivo, consolidando una evolución que había comenzado décadas antes en Europa con las primeras competiciones automovilísticas.
Francia ostenta el privilegio de haber albergado la primera carrera de autos reconocida oficialmente. En 1894, un recorrido de 126 kilómetros unió las ciudades de París y Rouen. Aunque el Conde de Dion fue el primero en cruzar la meta, no fue considerado vencedor debido a que su vehículo requería un fogonero a bordo. Así, el triunfo oficial recayó en Albert Lemaître, al mando de un Peugeot. Aquel evento sentó las bases del automovilismo moderno.
A lo largo del siglo XX, especialmente en Europa, el automovilismo creció rápidamente. Surgieron los llamados Grandes Premios, competencias aisladas organizadas por clubes o gobiernos, sin un campeonato unificado. Estas carreras, celebradas en países como Alemania, Francia, Mónaco e Italia, eran protagonizadas por vehículos con diseños nacionales distintivos: verde para el Reino Unido, azul para Francia, rojo para Italia y blanco para Alemania.
Durante la década de 1930, Mercedes-Benz y Auto Union (antecesora de Audi) dominaron la escena. Fue en esta época cuando nació el apodo "Flechas de Plata", tras una decisión técnica de Mercedes de eliminar la pintura de sus autos para reducir peso, dejando expuesto el metal plateado.
A mediados de los años treinta comenzaron las conversaciones para establecer un campeonato mundial con calendario fijo, pero estos planes se vieron interrumpidos por la Segunda Guerra Mundial, que estalló en 1939 con la invasión alemana a Polonia.
Concluida la guerra, la actividad automovilística fue retomada progresivamente. Finalmente, en 1950, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) formalizó la creación del Campeonato Mundial de Pilotos, inaugurado con el Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone, una antigua base aérea de la Real Fuerza Aérea británica.
La carrera inaugural contó con 26 pilotos inscritos. El ganador fue Giuseppe "Nino" Farina, al volante de un Alfa Romeo. El argentino Juan Manuel Fangio, ya consagrado en su país, lideró parte de la prueba, pero debió abandonar por una pérdida de aceite. Ocho días después, en el Gran Premio de Mónaco, Fangio obtuvo su primera victoria en la categoría, en una competencia que también significó el debut de Ferrari, único equipo presente en todas las temporadas de la F1 desde entonces.
La tercera cita del campeonato fue una curiosa excepción: las 500 Millas de Indianápolis, que formaron parte del calendario de Fórmula 1 entre 1950 y 1960, aunque sin participación activa de los pilotos europeos debido a diferencias técnicas y logísticas.
Nino Farina se consagró campeón de aquella primera temporada, dando inicio a una historia que ya acumula 75 años. De aquellos modestos siete Grandes Premios iniciales, la Fórmula 1 ha crecido hasta alcanzar un calendario de 24 fechas, con escuderías icónicas, pilotos legendarios, avances tecnológicos, tragedias inolvidables, conflictos políticos y una evolución constante que la han consolidado como la cima del automovilismo mundial.