Con una participación significativa de 6.300 socios sobre los 12.529 habilitados, Unión de Santa Fe cerró una jornada electoral que puede marcar un antes y un después en su vida institucional. La elección no fue una más: puso en juego el modelo de gestión que encabeza desde hace más de una década Luis Spahn y, del otro lado, la propuesta de renovación liderada por Héctor Desvaux.
Desde temprano, el movimiento en el IPEI fue constante. Las 22 mesas —una de ellas destinada a los vitalicios— recibieron a socios comprometidos, muchos de ellos con años de antigüedad en el club y otros más jóvenes, pero igual de interesados en decidir el futuro de su institución.
El acto electoral transcurrió con normalidad, en un clima de respeto, pero también de expectativa. No es casual: Unión atraviesa una etapa compleja, tanto en lo deportivo como en lo dirigencial, y la elección reflejó esa tensión entre el deseo de continuidad y la necesidad de un cambio.
La exigencia para votar no fue menor: ser mayor de 19 años, contar con la cuota de abril al día (abonada antes del 10 de mayo), y presentar DNI como documento válido. Requisitos que apuntan a fortalecer la transparencia del proceso.
Más allá del resultado —que se conocerá en las próximas horas—, la jornada dejó un mensaje claro: la vida democrática de Unión sigue firme, y los socios tienen voz y voto para marcar el rumbo del club.