La noche del lunes en el Brigadier López no solo dejó una derrota para Colón, sino que encendió una tormenta institucional de la que será difícil salir ileso. La suspensión del partido ante Mitre de Santiago del Estero por incidentes en la tribuna sabalera, y la reanudación del encuentro el martes a puertas cerradas, activaron dos vías de sanción: una desde la AFA, a través del Tribunal de Disciplina, y otra desde el Estado provincial, con medidas que se evalúan desde el Ministerio de Seguridad de Santa Fe.
AFA analiza una posible sanción ejemplar
El expediente ya está abierto en el Tribunal de Disciplina, que recibió los informes del árbitro y veedores, claves para establecer el grado de responsabilidad del club. El antecedente de Godoy Cruz tras los hechos frente a San Lorenzo marca la línea posible de acción: quita de puntos (no se aplicaría, debido a que el partido ante Mitre se terminó de disputar el martes), suspensión del público local y multa económica.
En aquella oportunidad, al club mendocino se le descontaron tres puntos, se le impusieron multas equivalentes a 500 entradas por tres fechas y se le prohibió jugar con público por dos encuentros. Todo por hechos de violencia interna que, como en el caso de Colón, pusieron en duda la seguridad del evento.
Aunque cada situación se evalúa de forma individual, en Viamonte ya se instaló la idea de que se necesita un mensaje fuerte para evitar nuevas escaladas de violencia en el ascenso.
La provincia también prepara sanciones
Pero la AFA no será la única en tomar decisiones. Desde el gobierno provincial también se evalúan medidas. Fernando Peverengo, director de Seguridad en Eventos Masivos de Santa Fe, fue tajante este martes: “Vamos a tratar que las sanciones sean severas desde el Ministerio de Seguridad”.
Se analizan eventuales restricciones para el ingreso de público, refuerzos en los controles para próximos partidos y hasta la posibilidad de inhabilitar temporalmente tribunas específicas en el estadio Brigadier López. También se evalúa si el club incumplió con las condiciones que exige el “protocolo de espectáculos deportivos”.
En otras palabras, Colón no solo enfrenta sanciones deportivas y económicas, sino también administrativas y logísticas que podrían condicionar su localía en lo inmediato.