Todo indica que el partido entre Unión y River por los octavos de final de la Copa Argentina se jugará en Mendoza. Solo faltan los formalismos y que sea oficializado por la organización. Medios de Buenos Aires ya confirman, a pesar al movimiento inicial del presidente Luis Spahn para que sea en el estadio de Rosario Central.
La fecha elegida es la del jueves 28 de agosto, también por impulso millonario, porque Marcelo Gallardo quiere tener a todos. Algo que no es posible ne fecha FIFA. Pese al intento, queda en evidencia que el peso de los grandes termina inclinando la balanza.
Para Unión, el escenario no es el ideal. Rosario era una opción lógica por cercanía, comodidad para su gente y cierta equidad deportiva. Pero Mendoza aparece nuevamente como sede elegida, una plaza en la que River se siente cómodo y suele contar con masivo respaldo.
Así, mientras el Tate se prepara para uno de los partidos más importantes del semestre, también debe digerir otra muestra de cómo las decisiones estructurales en el fútbol argentino siguen siendo patrimonio exclusivo de unos pocos.