Se cumplen diez años de la desaparición de Maximiliano Sosa, el niño que fue visto por última vez el 21 de diciembre de 2015 en la ciudad de Ceres, al noroeste de la provincia de Santa Fe. Tenía apenas tres años cuando desapareció de la puerta de la casa de su abuela, quien, junto a su pareja, estuvo detenida durante cuatro años antes de ser liberada por falta de mérito en 2021.
A una década del hecho, el caso vuelve a cobrar relevancia judicial: en octubre de 2025, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó a la Justicia Federal retomar la búsqueda de forma urgente.
El periodista José Enrique Bordón, en diálogo con LT10, recordó las circunstancias de la investigación original y el desolador panorama actual: "No se sabe nada, absolutamente nada. Hablé con la mamá de Maxi y me puso en evidencia que, más allá de su esperanza, siente que la Justicia no la acompañó".
Sobre las falencias del proceso inicial, Bordón remarcó que nunca se pudo corroborar el relato de la abuela: "Nadie lo vio; ningún vecino asegura que se cumplió lo que ella decía. La búsqueda inicial demandó una semana y no encontró ni un rastro, ni una prenda, nada que indicara que Maxi estuvo por ahí".
La principal hipótesis que sostiene el entorno —y que el periodismo local ha reflejado— es que el niño no salió de la vivienda para jugar: "Salió, pero por otra razón y hacia otro lugar", argumentó el cronista, sugiriendo un posible caso de trata o entrega.
En tanto que indicó que la causa está en manos de la justicia federal, y que en octubre pasado el fiscal Gustavo Anel emitió un dictamen de oficio de manera urgente donde pide a las diferentes cortes judiciales del país para que informen cuántos cuerpos NN correspondiente a niños varones de aproximadamente 3 y 12 años recibieron a partir del 18 de diciembre del 2015.
Sin embargo, el periodista sostiene que "esto está entrando ya en una etapa muy clara, muy definida, de que será Maxi, un desaparecido en la Argentina".
