Sin anuncios rimbombantes, pero con un movimiento de alto impacto, Colón dio en las últimas horas el paso que venía postergando y que condicionaba toda su planificación. El club canceló la deuda con Alberto Espínola, defensor paraguayo, y quedó a la espera de la confirmación administrativa de la FIFA para que la inhibición que pesa sobre la institución quede oficialmente levantada.
El dinero ya fue abonado y, según manejan en el entorno rojinegro, el trámite restante demandará unas 48 horas, plazo habitual para que el organismo internacional actualice su sistema. De cumplirse esos tiempos, en el próximo informe de la FIFA Colón ya no figurará entre los clubes sancionados.
Una mochila pesada para el día a día
Estar inhibido no solo limita desde lo reglamentario. En Colón lo padecieron como una mochila constante: cada negociación se encaraba con cautela, cada charla arrancaba con explicaciones y el margen de acción era mínimo. Mientras la sanción estuvo vigente, ningún refuerzo podía ser inscripto, lo que enfriaba operaciones y obligaba a manejarse con extrema prudencia.
Por eso, el pago a Espínola marca un punto de inflexión. No resuelve todos los problemas, pero sí elimina el principal freno que tenía hoy el club para avanzar.
El paso que faltaba
El conflicto con el futbolista paraguayo llevaba tiempo en agenda y no admitía demasiadas alternativas. La deuda —cercana a los 400 mil dólares— debía cancelarse de manera directa, sin planes de pago ni instancias intermedias. Esa postura firme del entorno del jugador terminó acelerando la resolución.
Con el cumplimiento económico ya concretado, ahora Colón debe notificar formalmente a la FIFA, que luego de verificar la documentación procede a levantar la sanción. En el club confían en que el proceso será rápido y sin observaciones.
Un mensaje hacia adentro y hacia afuera
Más allá de lo administrativo, levantar la inhibición tiene un valor simbólico. Para el propio plantel, porque despeja incertidumbres; para el mercado, porque mejora la imagen del club; y para la dirigencia, porque representa una señal de orden en un momento sensible.
En el mundo del fútbol, figurar en el listado de inhibidos es una marca incómoda. Salir de allí es el primer paso para volver a negociar en igualdad de condiciones.
Con la casa en orden, llega lo deportivo
En Colón saben que el calendario no espera. Con el pago realizado y la inhibición a punto de quedar atrás, el club podrá avanzar sin ataduras en el armado del plantel, formalizar incorporaciones y tomar decisiones que hasta ahora estaban en pausa.
Si todo se confirma en los tiempos previstos, el Sabalero dejará atrás un capítulo complejo y comenzará a enfocarse de lleno en lo deportivo, con la tranquilidad de haber resuelto un problema que se jugó —y se ganó— lejos del césped, pero que pesaba como una final.