Aún no se ha logrado identificar el cuerpo hallado este lunes por la mañana en una fábrica abandonada, ubicada en las inmediaciones de avenida J. J. Paso y Zavalla. Este pertenece a un hombre y se encontraba en avanzado estado de descomposición bajo unos cartones. Luego de los peritajes de rigor realizados por el fiscal de la Unidad de Homicidios, Gonzalo Iglesias, fue trasladado a la Morgue Judicial.
Durante el operativo se acercaron al lugar tres familias con personas desaparecidas, entre ellas los allegados de Jeremías Monzón, un adolescente de 15 años que falta de su hogar en Santo Tomé desde el pasado jueves 19 de diciembre. Si bien su madre no logró identificarlo inicialmente debido al estado del cuerpo, se realizó un examen de ADN y otros familiares fueron convocados este martes a una segunda instancia de reconocimiento para intentar obtener certezas.
Mientras se aguardan los resultados científicos, la madre de Jeremías utilizó sus redes sociales para pedir que no se detenga la búsqueda y solicitó que cualquier persona que tenga cámaras de seguridad o información relevante se comunique de inmediato con la familia o al 911.
Durante esta segunda identificación, los familiares habrían confirmado que dos elementos que tenía el cuerpo, un aro y una pulsera, pertenecían al adolescente. Si embargo, esto no es concluyente y hay que aguardar el resultado de los análisis de rastros y huellas y el ADN.
Las últimas informaciones sobre el caso indican que la causa pasó de la fiscalía del Dr. Gonzalo Iglesias a la de Francisco Cecchini. Esto se debe a que el cuerpo, cuya identificación está siendo analizada, presentaba heridas de arma blanca, por lo que habría muerto tras un hecho violento.
Por otro lado, según información brindada por Verónica Ensinas desde el móvil de LT10, la bicicleta de Jeremías apareció el mismo día que el cuerpo. La hipótesis principal sostiene que el crimen fue cometido por más de una persona y que los autores podrían ser menores de edad.
La desaparición de Jeremías está vinculada a otro pedido de búsqueda activa: el de su supuesta novia, Milagros Belén Altamirano, de 16 años. La joven, residente del barrio Fonavi San Jerónimo, fue vista por última vez el sábado y su abuela es quien radicó la denuncia formal.
Milagros es de contextura delgada, mide 1,55 metros de altura, es de tez blanca y tiene el cabello negro a la altura de los hombros con flequillo.
