En silencio y lejos de los grandes anuncios, Colón comenzó a dar pasos firmes para estabilizar una economía que venía asfixiada y plagada de conflictos. La gestión que encabeza José Alonso asumió con un escenario complejo, pero en las últimas semanas logró resolver los problemas más inmediatos, aquellos que condicionaban el día a día del club y ponían en jaque la planificación deportiva de cara a la Primera Nacional 2026.
El avance más significativo se dio en el frente internacional. La dirigencia cumplió con el pago acordado al paraguayo Alberto Espínola, una deuda que mantenía al club bajo inhibición de FIFA. Con el dinero ya transferido, ahora resta que el defensor formalice la notificación ante el organismo para que, en la próxima actualización, Colón aparezca sin sanciones. El impacto de esta novedad es determinante: le permitirá al Sabalero operar con normalidad en el mercado de pases y ofrecer un marco de mayor seriedad al momento de negociar incorporaciones.
Tranquilidad puertas adentro
En paralelo, el club también avanzó en otro aspecto sensible: el orden interno. La actual conducción terminó de saldar los sueldos adeudados a los empleados, un paso indispensable para descomprimir el clima institucional. Además, se encuentra en etapa de ejecución el pago de lo que resta de aguinaldos y honorarios, completando así una serie de compromisos que habían quedado pendientes de la gestión anterior.
Si bien el panorama financiero todavía presenta desafíos de fondo, sobre todo en relación a obligaciones con capitales externos, el foco estuvo puesto en sanear lo urgente. La prioridad fue cortar la cadena de atrasos y devolver previsibilidad, entendiendo que sin ese piso resulta imposible proyectar a mediano plazo.
Un alivio justo a tiempo
La resolución de estos conflictos llega en un momento clave. Colón se prepara para su estreno en la Primera Nacional 2026, previsto para el sábado 7 de febrero ante Deportivo Madryn en el Brigadier López, y la posibilidad de contar con el plantel completo y habilitado aparece como un dato central. Sin inhibiciones ni deudas inmediatas, el club podrá utilizar a sus refuerzos desde la primera fecha, algo que semanas atrás parecía lejano.
Ingresos esperados y equilibrio
En el horizonte cercano, la dirigencia también aguarda por cobros pendientes que pueden aportar equilibrio a las cuentas. Desde Racing debería ingresar el tramo final del pase de Alan Forneris, mientras que Platense aún debe completar lo acordado por Leonel Picco.
Esos recursos permitirán sostener la regularidad de pagos y afrontar nuevas obligaciones sin volver a caer en atrasos.
Un primer paso necesario
Sin promesas grandilocuentes ni discursos efectistas, Colón empieza a ordenar su economía. No es la solución definitiva, pero sí un punto de partida para recuperar credibilidad, aliviar tensiones y darle respaldo a un proyecto deportivo que necesita estabilidad. En un club acostumbrado a convivir con urgencias, cada cuenta saldada es una pequeña victoria que allana el camino hacia un futuro menos turbulento.