La fuga de los hermanos Cristian y Martín Lanatta los encuentra condenados a prisión perpetua por el triple asesinato de empresarios farmaceúticos de General Rodríguez, además de una nueva acusación hacia Martín por el homicidio de un interno, cometido dentro del Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza.
Los Lanatta, junto a Víctor Schillaci evadieron la cárcel bonaerense de máxima seguridad el 27 de diciembre de 2015, cuando estaban sentenciados por los asesinatos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, acto que derivó en una de las búsquedas policiales más extensas de la historia reciente.
Los homicidios cometidos en agosto de 2008 estuvieron vinculados a disputas por el tráfico ilegal de efedrina, lo que generó un fuerte impacto político y judicial y marcó un punto de inflexión en las investigaciones sobre narcotráfico y crimen organizado.
Los tres ejecutivos vinculados al comercio de medicamentos y precursores químicos fueron hallados dentro de un automóvil en un descampado, con signos de ejecución, luego de haber sido secuestrados y trasladados por un ajuste de cuentas.
Los criminales se desplazaron por distintas localidades del conurbano bonaerense y Santa Fe durante la fuga, protagonizaron robos de vehículos y balearon a dos policías en Ranchos -ciudad del partido bonaerens de General Paz-, hasta que fueron recapturados en Cayastá, después de más de diez días de operativos conjuntos entre fuerzas provinciales y federales.
Actualmente, Martín Lanatta y Schillaci son investigados como presuntos partícipes del asesinato de un detenido dentro del penal de Ezeiza, causa en la que ambos se negaron a declarar.