LT10 - Sustentabilidad

Martes 07 de Julio de 2015 - 18:40 hs

Docentes de FIQ capacitan a productores de zanahorias

La instancia de formación es una de las etapas fundamentales de un proyecto para la obtención de bioetanol y bioproductos de alto valor agregado a partir de descartes de zanahorias.

Investigadores del INCAPE (Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica), en conjunto con la empresa Val Mar, trabajan desde el 2011 para aprovechar los desechos de zanahorias provenientes de empaques productivos de la provincia. La propuesta incluye la utilización de los desechos de zanahorias como materia prima para la generación de dos productos con alto valor agregado: alcohol etílico para utilización como biocombustible, aplicación en farmacopea y en perfumería; y carotenos, utilizados en la industria alimenticia.

El proyecto parte de un problema a nivel nacional y busca posible soluciones a través de la empresa Val-Mar localizada en Santa Rosa de Calchines. Esta firma, dedicada a la producción y empaque de zanahorias, descarta alrededor de 1.700 toneladas por año por no cumplir con las condiciones del mercado. Estos desechos generan grandes pérdidas para éste y otros establecimientos productivos por el volumen que se descarta, el que se “tira” a campo para que lo consuman los animales produciendo un severo daño ambiental.

Con el propósito de encontrar una solución a esta problemática, los investigadores del INCAPE se abocaron al diseño de procesos que permitan agregarles valor. El objetivo es sacar el mayor provecho del descarte de zanahorias, por eso además del bioetanol y los carotenos, los investigadores continúan trabajando para optimizar los procesos de extracción para la obtención de otros subproductos.

Etapas cumplidas

La UNL, la Asociación para el desarrollo del Departamento Garay y la empresa Val Mar, presentaron de manera conjunta en a la convocatoria FONARSEC 2013, el proyecto "Desarrollo de un proceso a escala piloto para la obtención de bioetanol de segunda generación y bioproductos de alto valor agregado a partir de descartes de zanahorias". Lógicamente, el financiamiento involucra diferentes etapas de cumplimiento progresivo. Una de las etapas es el diseño y la instalación de una planta piloto en el establecimiento de la empresa Val-Mar, para obtener datos que permitan realizar el escalado a una unidad de mayor capacidad de procesamiento y determinar los costos. Asimismo, se busca la instalación de un laboratorio de control de calidad en el Parque Tecnológico del Litoral Centro (PTLC), el cual está destinado al análisis de la variedad de zanahoria –existen aproximadamente 120 especies en el mundo-, la determinación de la variedad que permita un mayor rendimiento de los compuestos que se quieren lograr y la capacitación al productor sobre las semillas que deberían utilizar. Tanto la construcción del Laboratorio como la de equipos que van a constituir la planta piloto que se va a ubicar en Santa Rosa de Calchines, ya se encuentran en marcha. Según estimaciones del equipo de investigación, en el transcurso de este año se estará iniciando el trabajo en la planta piloto y se tendrán los primeros datos de funcionamiento, puesto que ya se han firmado los convenios de adjudicación y se ha iniciado la construcción de los equipos.

Formación continua

Otra etapa importante del proyecto, es la formación continua de las personas involucradas en el mismo. El primero de los cursos programados finalizó hace muy pocos días y tuvo como destinatarios el personal de la empresa Val-Mar y algunos productores de la zona que están trabajando de manera asociada con la empresa. Juan Carlos Yori, docente-investigador de FIQ e integrante del proyecto, explicó: “El dictado de este primer curso apuntaba, a partir de clases teóricas y prácticas en laboratorios, a que los productores conozcan el proceso total que desarrollamos en la Universidad”. Este curso tuvo una duración de 18 horas que se organizaron en clases teóricas y prácticas, dictadas en el Edificio Gollán de la FIQ y en las nuevas instalaciones del INCAPE en el PTLC. Las mismas estuvieron a cargo del Lic. José Molli y del Lic. Daniel Cardell, ambos docentes de FIQ e integrantes del grupo de desarrollo de nuevos productos.

Si bien esta primera capacitación finalizó, “a lo que aspiramos es a una formación continua tanto de las personas que van a participar del proyecto por parte de Val-Mar como de los productores regionales. Estamos enseñando algo totalmente diferente a lo que ellos hacen de manera habitual, de modo tal de que tomen contacto real con todos estos productos para que los puedan cuantificar”, explicó Yori.

Formar a productores en esta temática es uno de las grandes etapas de este proyecto. Según Yori, “queremos mostrar que lo que nosotros hicimos en el laboratorio se puede replicar para enseñar qué es un caroteno, qué son las fibras, cómo se obtienen, etc. Esta capacitación que se hizo de manera interna, para quienes están directamente involucrados en el proyecto, queremos extenderla para poder alcanzar a mayor cantidad de productores para que se interesen en la iniciativa y tratar de que la planta procesadora de 100 toneladas por mes que imaginábamos, se convierta a futuro en una realidad”.
Se prevé que las próximas capacitaciones estén orientadas al manejo de los productos que se van a generar. Esto también involucra a todos los elementos de seguridad y todas las medidas que tienen que tomarse durante el manejo o manipulación de los productos.

Además, a partir de un nuevo interés asociativo con la empresa holandesa productora de semillas “Bejo”, lo que prevé el equipo de investigación es analizar distintas variedades de zanahorias de tal manera de tratar de potenciar las distintas variedades y detectar la más conveniente para extraer la mayor cantidad de los productos.

Yori manifestó que: “calculamos que podríamos estar probando estos cultivos experimentales hacia fines de este año. La idea es que la Asociación para el Desarrollo sea la que potencie la iniciativa de formación continua para los productores. Estamos hablando de un sólo lavadero de zanahorias, pero hay aproximadamente 15 en la zona. De ahí el interés por involucrar a más productores”.

Fuente: prensa Institucional UNL