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Miércoles 21 de Septiembre de 2011 - 20:19 hs

Aplausos para el filme argentino "Abrir puertas y ventanas"

 La opera prima de la directora Milagros Mumenthaler, cuya foto fija pertenece al cineasta y crítico Paulo Pécora, narra con sensibilidad la relación de tres hermanas jóvenes -Martina Juncadella, María Canale, Ailin Salas- reunidas en la casa de la abuela que acaba de morir.

La virtud de Mumenthaler, también guionista, es el entramado dramático que hace convivir distintos géneros para encarar la relación entre los personajes, uno de los cuales desaparece casi al final e incorpora un tono de misterio que le hace bien a la obra, que ya viene con un premio en el Festival de Locarno.

Entre las aspirantes a la Concha de Oro en la Sección Oficial se proyectó la china "11 flowers", escrita y dirigida por Wang Xiaoshuai, quien en tono autobiográfico aprovecha la visión infantil -como en "Milagro", del japonés Hirokazu Kore-eda, vista ayer- para ofrecer un pantallazo sobre la Revolución Cultural (1966-1975) en su país.

La excusa es mostrar a un chico que se cruza casualmente con un asesino y violador en fuga para mostrar detalles de la sufrida vida de los habitantes de un pueblo perdido, donde la gente sencilla está encerrada en una mezcla de tradiciones, superstición y dogmas políticos.

La película se deja ver con interés gracias a un guión ágil, actuaciones de calidad con chicos al frente del elenco, una espléndida fotografía de Jonsong Dong y Dong Jinsong y porque aporta indicios de una era aún no comprendida en Occidente.

Mientras se espera la llegada de Catherine Deneuve para el homenaje a Jacques Demy -la información de ayer de que ya estaba aquí era falsa-, la también francesa July Delpy presentó "Le Skylab" y anduvo paseándose por las playas de Donostia con Aure Atika y Eric Elmosnino, miembros de su elenco.

Lo que muestra el filme no se diferencia de muchos títulos de su origen, con familia completa que festeja el cumpleaños de la abuela durante el verano de 1979, cuando se supone que los restos de la estación espacial Skylab pueden caer sobre cualquier mollera.

El artefacto se desintegra antes de ingresar a la atmósfera, como se sabe, y lo que queda es una comedia melancólica a pesar suyo, con presupuestos sexuales previos al VIH y la presencia de las venerables Emmanuelle Riva y Bernardette Lafont, que décadas atrás supieron enardecer a las plateas.

La puesta es muy fresca, casi al estilo de Robert Altman cuando plasmaban cosas como "Un matrimonio", y como en toda familia hay discusiones y secretos, posturas avanzadas y retrógradas, aunque nada llega a cuestiones graves.

El resultado -el guión también es de Delpy, más conocida como actriz- es una pieza que no ahonda en demasía y que, en todo caso, enfoca una suerte de familia Benvenutto a la francesa, aunque pensada para un público maduro.

En el segmento de Cine en Construcción se apreció -asimismo- una copia aún no definitiva de la argentina "Infancia clandestina", de Benjamín Avila -director de la intensa "Nietos, identidad y memoria" (2004)-, con Natalia Oreiro y el uruguayo César Troncoso ("El baño del Papa" y "El viaje hacia el mar").

Producida por Luis Puenzo, la película trata sobre la lucha armada en los años 70, con militantes que deben exiliarse aunque siempre sueñen con regresar a su tierra, aun en forma clandestina.

Fuente: telam