Tener depresión en la segunda década de la vida es más normal de lo que se cree. Por un lado, los 18 y los 19 años dan inicio al mejor momento: la independencia, el comienzo de la universidad, los primeros trabajos, las vacaciones con amigos, los noviazgos más apasionados. Pero, por otro lado, también es una etapa marcada por el comienzo de los problemas financieros, los corazones rotos, la formación de la personalidad, la soledad y una gran sensación de incertidumbre.
Muchas veces, este 'lado oscuro' de la juventud produce un sentimiento de vulnerabilidad entre los veinteañeros -generación Millennial- que pueden, en muchos casos, presentar síntomas de un cuadro depresivo. La buena noticia es que "es normal" sentir estas emociones y, en general, se diluyen con el tiempo. Sin embargo, la depresión en sí no es un tema liviano y en ciertos casos requiere atención y tratamiento.
Anteriormente, la depresión no se experimentaba hasta pasados los 40 ó 50 pero los veinteañeros de hoy están atravesando una serie de experiencias psicológicas y biológicas que los exponen y los vulnerabilizan frente a la depresión. En primer lugar, la doctora Meg Jay, psicóloga y autora de libros sobre juventud, señaló: "La depresión es desencadenada por la pérdida, una característica de esta edad".
Terminar una relación amorosa, perder amigos, perder un trabajo, desaprobar en la escuela o en la universidad o hasta querer cambiar de carrera son algunas de las cosas que no salen bien en la juventud y que, según describió la experta, "es la incertidumbre que puede hacerles sentir que no tienen poder para cambiar sus vidas".
Esta generación que hoy atraviesa estos cambios, forma parte de la franja under 30. Son cómodos, narcisistas y algo insatisfechos; dependen de la tecnología, pero viven con los padres
Los factores biológicos también influyen. En los últimos años, la comunidad científica notó que el lóbulo frontal (la parte del cerebro responsable de la planificación y razonamiento) no se termina de desarrollar completamente hasta mediados de los 20. Esto significa que los jóvenes se enfrentan con la toma de grandes decisiones: dónde vivir, qué carrera elegir, entre otros, en un momento en el cual no están enteramente preparados cognitivamente para hacerlo, lo que puede causar sentimientos de miedo y ansiedad.
Esta generación recibió todo el argumento de la posmodernidad: hay una jerarquización de la subjetividad donde el "yo" pasa a estar valorado, cuidado y potenciado, según explicó a Infobae el médico y psicoanalista doctor José Abadi. Hay una irrupción de nuevos códigos y lenguajes que tienen que ver con el desarrollo de la tecnología, la velocidad y variabilidad de los cambios que se producen en la persona. Por eso, se puede pensar en una cierta acentuación de la variable narcisista.
Según la doctora Jay, si bien hay poca evidencia de que aquellos que sufren depresión a sus 20 años la sufrirán más tarde, es fundamental actuar correctamente cuando aparece A continuación, una guía para combatir estos sentimientos a tiempo.
Hablar con amigos o familia
En caso de sufrir de depresión a cualquier edad, los expertos en salud mental coinciden que el apoyo social es crucial. Es cierto que acercarse a amigos o familia para hablar ciertos temas es complicado y aún más en un cuadro depresivo, que suele retraer a la gente en sí mismas. Sin embargo, el apoyo temprano es importante y esta es la razón por la cual los jóvenes no deben dudar llamar a alguno de sus padres, hermanos o amigos cuando empiezan a sentirse mal.
Hacer ejercicio
Diversos estudios descubrieron que la actividad física puede ser altamente protectora de la ansiedad y la depresión. Johnson recomienda 20 minutos de un ejercicio de alta intensidad todas las mañanas para una recarga de energía que evite pensamientos negativos.
Dormir bien
El doctor Cameron Johnson explica que el sueño "es la piedra angular de una buena salud mental". Un mal sueño puede causar una desorientación en el lóbulo frontal, contribuyendo a sentimientos depresivos y de ansiedad.
Meditar y usar técnicas de relajación
Aunque todavía no está comprobado, algunos estudios sugieren que cualquier tipo de meditación -incluyendo el yoga, Tai Chi y Chi Kung- pueden reducir la depresión. De hecho, algunos psicólogos sugieren que puede ser incluso más efectivo que las píldoras antidepresivas.
Alimentación adecuada
Ciertos nutrientes y grupos de alimentos pueden proteger contra la depresión. Por ejemplo, la vitamina D (que se encuentra en alimentos como la leche y el salmón o que se obtiene del sol), los probióticos (las bacterias del yogur) y los omega-3 (ácidos grasos del pescado, las nueces y el aceite de oliva) son algunos ejemplos de los alimentos con efectos antidepresivos. Los suplementos de hierbas, por su parte, también son conocidos por tener efectos antidepresivos que pueden durar hasta un año (por ejemplo la hierba de San Juan y el azafrán).
Hablar con un profesional
La psicoterapia puede ser de mucha ayuda en el descubrimiento de las causas de la depresión en cada caso y, por ende, su tratamiento. En algunos casos, (aunque no siempre se recomiendan los antidepresivos) un profesional puede ayudar a recetar la medicina adecuada.
Oportun-crisis
Aunque sea dolorosa, la depresión puede ser una señal de que algo en nuestras vidas tiene que cambiar. Por eso es de mucha ayuda tomarla como una oportunidad para terminar una relación o renunciar a un trabajo pero, para llegar a este punto, es extremadamente importante reconocer el estado depresivo. No es fácil admitir ante otras personas que se está deprimido pero cuando se hace, existen ciertos pasos que ayudan a vivir más saludablemente y felices durante una de las mejores etapas de la vida.