Leonardo Fariña amplió su indagatoria en la causa por la ruta del dinero K que instruye el juez federal Sebastián Casanello. En un escrito de 38 fojas, el ex asesor financiero de Lázaro Báez dio detalles pormenorizados sobre la trama de corrupción y retornos que había montado el kirchnerismo en torno a la obra pública.
En la segunda parte de su declaración, Fariña describió una "ingeniería" utilizada por Máximo y Cristina Kirchner para "perseguir empresarios" luego de la muerte de Néstor Kirchner, cuando se inició lo que describió como un "nuevo paradigma" en el que se rompieron pactos y alianzas que estaban vigentes desde el 25 de mayo de 2003.
"En esta nueva etapa comenzaron a modificar la matriz de poder reinante hasta la época. Máximo y Cristina desplazaron a todas las personas de confianza de Néstor Kirchner del núcleo íntimo de poder. Fue así que la agrupación juvenil La Cámpora se articuló como la columna vertebral de este período y comenzó a ocupar lugares estratégicos en este armado extorsivo para que los empresarios que ellos creían entreguen sus empresas", aseguró el "arrepentido".
Algunas de las claves de este nuevo armado fueron el desembarco de Julián Álvarez en el Ministerio de Justicia, la "toma" del Ministerio Público Fiscal con la asunción de la procuradora Alejandra Gils Carbó y la creación de "un aparato paralelo de inteligencia" comandado por César Milani.
"Esta nueva arquitectura de poder era muchísimo más verticalista y cerrada que la originaria y muchísimo más asfixiante para los empresarios dado que el control sobre los mismos se tornó inmanejable y se radicalizaron las prácticas", precisó.
A modo de ejemplo, citó -entre otros- los casos de Sebastián Eskenazi, Gerardo Werthein, el Grupo Clarín, Ernesto Gutiérrez y Daniel Hadad.. "Como se podrá observar, se montó toda una maquinaria del Estado para someter a cualquiera que no se sometiera con la voluntad de ellos", declaró.
Sebastián Eskenazi
El ex esposo de la modelo Karina Jelinek reveló una charla privada que mantuvo con Sebastián Eskenazi (Grupo Petersen) en Punta del Este. Según le contó el empresario, Cristina Kirchner le había exigido que le "devuelva" las acciones que tenía en YPF. Como respuesta a su negativa, la ex jefa de Estado ordenó la inmediata intervención de la compañía y envió al Congreso el proyecto de expropiación, que finalmente fue aprobado.
La familia Eskenazi mantuvo un porcentaje de la petrolera, pero perdió el gerenciamiento. Paralelamente, empezó a sufrir altas exigencias financieras. Así se la sometió a distintos tipos de presiones, amenazas y coerciones para que se desprendieran del paquete accionario llevándola a que no pudiera continuar pagando el crédito que había tomado, cuestión que se materializó el 17 de mayo de 2012.